El 12.67% de la gente es voluminosa: el sobrepeso ya no es tendencia, ahora lo es la obesidad desnutrida

    Curiosamente, a pesar de que el sobrepeso y la obesidad son resultado de un excedente en la ingesta de alimentos (y falta de actividad física), un examen de las tendencias revela una trayectoria preocupante en la carga global de la malnutrición

    El sobrepeso y la obesidad están fuertemente asociadas con una variedad de enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial y ciertos tipos de cáncer. Asimismo, también pueden estar vinculados a problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad.

    El tratamiento de enfermedades relacionadas con el sobrepeso y la obesidad representa una carga significativa para los sistemas públicos de salud. Los costos asociados con la atención médica, medicamentos y tratamientos a largo plazo contribuyen a un aumento en los gastos de salud. La obesidad también puede resultar en una pérdida de productividad laboral debido a mayores tasas de ausentismo y disminución del rendimiento en el trabajo, lo que tiene implicaciones económicas a nivel individual y societal.

    Los hábitos alimenticios y el estilo de vida se transmiten de una generación a otra. Si los hábitos poco saludables persisten en las familias, la prevalencia de la obesidad aumenta a lo largo del tiempo, generando un ciclo intergeneracional de problemas de salud.

    Un estudio reciente publicado en Lancet (https://doi.org/10.1016/S0140-6736(23)02750-2) examinó el estado nutricional de participantes en 200 países, brindando una profunda inmersión en la prevalencia del sobrepeso y obesidad en adultos y niños en edad escolar y adolescentes.

    Más de mil millones de personas en todo el mundo viven actualmente con obesidad, marcando un aumento significativo en los últimos 32 años, especialmente entre los niños.

    En el ámbito de la nutrición adulta, el aumento en las tasas enfatiza un cambio global hacia categorías más altas de Índice de Masa Corporal (IMC). Estos hallazgos subrayan la necesidad imperativa de intervenciones personalizadas en salud pública que consideren las disparidades regionales y los contextos socioeconómicos.

    El cambio sísmico en el panorama nutricional global marca una trayectoria transformadora en las elecciones de estilo de vida y patrones dietéticos. Este cambio no es simplemente estadístico; refleja una transición societal profunda que exige una reevaluación de las políticas de salud y las iniciativas educativas nutricionales.

    Al cambiar el enfoque a la población más joven, los niños en edad escolar y adolescentes, se revela una batalla cuesta arriba. El aumento de las tasas de obesidad subraya la compleja interacción de la urbanización, las transiciones socioeconómicas y los cambios en el estilo de vida a escala global. Este desafío demanda un enfoque multifacético que reconozca la interconexión de estos factores y adapte las intervenciones a los desafíos únicos enfrentados por poblaciones diversas.

    Curiosamente, a pesar de que el sobrepeso y la obesidad son resultado de un excedente en la ingesta de alimentos (y falta de actividad física), un examen de las tendencias revela una trayectoria preocupante en la carga global de la malnutrición. El estudio también revela que el 78 por ciento de las personas con sobrepeso y obesidad se encontraba en un estado nutricional deficiente, lo cual destaca la necesidad urgente de estrategias integrales y específicas para cada contexto. La prevalencia de la obesidad señala una crisis de salud, y también subraya la necesidad de cooperación global e iniciativas políticas dirigidas a abordar las causas fundamentales de esta transición nutricional.

    El recorrido a través del paisaje global de la nutrición está lleno de complejidades y patrones en evolución. A medida que enfrentamos el aumento de la obesidad, una comprensión matizada de las variaciones regionales, los factores socioeconómicos y los desafíos únicos enfrentados por diferentes demografías es imperativa. Esta investigación actúa como una brújula, guiando a los responsables de políticas, defensores de la salud pública e investigadores hacia intervenciones específicas que aborden la naturaleza multifacética de la malnutrición y allanen el camino hacia un futuro global más saludable. Los hallazgos subrayan la necesidad de un enfoque integral, enfatizando la educación, cambios en las políticas y la cooperación global para navegar con éxito por las complejidades del paisaje global de la nutrición.

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