El 11 de febrero fue el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia. Esta conmemoración nos da la oportunidad de reflexionar sobre el papel que juegan las mujeres en estas áreas y el impacto que ellas tienen -a la vez- en sus vidas.
El avance en los campos de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), y en los últimos años de manera más específica en la Inteligencia Artificial (IA), nos plantea muchos desafíos y la necesidad de acelerar decisiones, políticas y acciones.
Los avances no han ido aparejados con la incorporación de las niñas y las mujeres a estos campos y la brecha de género persiste. De acuerdo con el MIT, a nivel mundial en el 2023 sólo el 28 por ciento de la fuerza laboral STEM estaba constituida por mujeres. En materia específica de la IA, a nivel mundial se calcula que un tercio de las empresas la usan para optimizar sus procesos, sin embargo, apenas un 26 por ciento de sus empleadas son mujeres. La subrepresentación de mujeres en estas áreas no sólo limita la diversidad de perspectivas en el diseño y desarrollo de tecnologías, sino que también perpetúa sesgos y desigualdades. Estamos hablando de un mundo diseñado por hombres cuando el 50 por ciento o 51 por ciento de la población somos mujeres.
El efecto de largo plazo puede ser devastador si se considera la multiplicidad y diversidad de retos que hoy enfrenta el mundo y que necesitan resolverse desde distintas ópticas. Si la tendencia permanece, las decisiones se seguirán tomando como hasta ahora, obteniendo los mismos resultados y sin cambios significativos. La incorporación de las mujeres a estas áreas puede representar un paso hacia la sustentabilidad del planeta y la supervivencia. Se ha demostrado que la diversidad redunda en mejores decisiones y mejores decisiones son justo lo que le urge al mundo hoy.
Si así está el mundo, es necesario preguntarse cómo estamos en México. El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) nos presenta cifras que deben considerarse seriamente para tomar decisiones acertadas y fundamentadas en datos duros.
Aquí destacan algunos:
De mantenerse la tendencia actual, México tardaría 37 años en incorporar al medio millón de mujeres necesarias para equilibrar la representación de género en carreras STEM. Esto nos habla no sólo de la lentitud del proceso sino de la magnitud del desafío en términos de planeación, adecuación de políticas, recursos, capacitación, inserción en el mercado laboral, por sólo mencionar algunos.
Aunque todos los estados mexicanos, excepto Tabasco, han reducido la brecha de género en la matrícula de programas educativos STEM en la última década, la participación femenina en estos campos sigue siendo notablemente baja.
Solo 3 de cada 10 profesionales en STEM son mujeres, una cifra que subraya la necesidad urgente de intervenciones efectivas.
¿Cuáles son los principales retos que deben abordarse para revertir esta tendencia? Hay muchos, pero tres elementales son:
Percepción cultural y estereotipos: Los estereotipos de género desempeñan un papel crucial en disuadir a las niñas y mujeres de perseguir intereses en STEM e IA desde una edad temprana. Movimiento STEM ha encontrado muchos de estos sesgos. Aquí algunas cifras: en 2o de primaria se les dice a las niñas que las “matemáticas son para los niños”; en 3o de secundaria, en una muestra de 79 países, el puntaje promedio de matemáticas es 5 por ciento superior a favor de los hombres.
Falta de modelos a seguir: La escasez de mujeres visibles en roles de liderazgo en STEM e IA no ofrece suficientes ejemplos positivos para las niñas y jóvenes. La presencia de mujeres, como hemos visto, es baja y las mujeres que están presentes no son visibles o están al margen.
Barreras en la educación y el entorno laboral: Desde la educación hasta el avance profesional, las mujeres enfrentan obstáculos sistémicos que limitan su participación y progreso. Entre estos se encuentran la falta de mentoría o incentivos para que las mujeres estudien estas carreras; 43 por ciento de mujeres en profesiones STEM abandona trabajo de tiempo completo después de tener o adoptar a su primer hijo, contra 23por ciento de padres primerizos.
Sesgos inconscientes en el reclutamiento y la promoción: Las prácticas de contratación y promoción a menudo favorecen inconscientemente a los candidatos masculinos, perpetuando la desigualdad.
Se requiere un trabajo de colaboración entre el sector público, el privado y la sociedad civil. Es necesario no sólo visibilizar esta realidad y el problema de largo plazo que implica, sino diseñar políticas con perspectiva de género, no sólo nacionales, sino estatales para construir ecosistemas STEM y ahora específicamente de IA, inclusivos, incluyentes y diversos.
El Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia nos recuerda la importancia de la inclusión y la igualdad en todos los campos científicos. Al enfrentar los desafíos de la brecha de género en STEM e IA, no solo avanzamos hacia la igualdad, sino que también aseguramos un futuro más innovador y diverso.
La tarea no es fácil, pero el objetivo es claro: queremos un mundo donde mujeres y niñas no solo participen en la ciencia y la tecnología, sino que lideren y definan su futuro.
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