El futuro de los alcaldes sustitutos: Édgar González y Juan de Dios Gámez

    El panorama para los alcaldes sustitutos se vislumbra diferente para uno y otro. A Gámez Mendívil lo persigue la sombra de lo ilegítimo. Culiacán no tiene rumbo... Mientras, en Mazatlán, Édgar González afianza su liderazgo al encabezar reuniones con empresarios, desarrolladores y organizaciones ciudadanas para definir en conjunto el futuro que mejor le conviene a Mazatlán.

    El 2022 fue un año atípico en la política sinaloense: el estado estuvo al borde de la ingobernabilidad. En un lapso de cinco meses fueron destituidos los alcaldes de las ciudades más importantes y pobladas de Sinaloa.

    Para cubrir las vacantes fueron nombrados como alcaldes sustitutos Juan de Dios Gámez Mendívil, en Culiacán; y Édgar González Zataráin, en Mazatlán. Y aunque de entrada los dos casos parecen similares, ya que ambos entraron como relevistas, fuera de esa particularidad, la trayectoria que ha seguido cada uno es distinta.

    Juan de Dios llegó a la Alcaldía de Culiacán cuestionado por su falta de legitimidad para ocupar el cargo. Fue designado por el Congreso del Estado tras un juicio político que se le aplicó a Jesús Estrada Ferreiro por supuestos delitos de desacato de autoridad.

    Previo a su nombramiento, Gámez Mendívil fungía como delegado de Programas de Desarrollo del Estado, y Diputado suplente, por lo que nadie se explica las razones legales que justificaron su designación.

    Quizá el mayor mérito que Juan de Dios ha tenido al frente del Ayuntamiento es simplemente no ser Estrada Ferreiro. Y eso ya es mucho decir, ya que el anterior Mandatario basó su gestión en el pleito y la confrontación. Por eso, cuando se fue, pocos lo extrañaron, con todo y que su destitución se llevó a cabo con total arbitrariedad.

    Pero a pesar de las diferencias de carácter, y de la manifiesta sencillez con la que se maneja Juan de Dios, su personalidad afable no le ha favorecido del todo. La ciudadanía no lo considera un líder. En vez de un Presidente Municipal, Gámez Mendívil parece más un delegado, siempre detrás de su padrino, el Gobernador Rubén Rocha Moya.

    Por su falta de liderazgo, hoy Culiacán no tiene un proyecto visible de ciudad. Nadie sabe cuál es la estrategia de desarrollo municipal. La principal obra que se construye en la capital es un anillo periférico impulsado desde el Gobierno del Estado, pero sin tomar en consideración la opinión de la ciudadanía, y sin respetar las recomendaciones técnicas más básicas de urbanismo sostenible.

    Doscientos veinte kilómetros al sur, el caso de González Zataráin ha transcurrido de manera diferente. Su llegada al poder no supuso ninguna resistencia en la opinión pública, ya que como Secretario del Ayuntamiento le correspondía por derecho ascender a la Presidencia Municipal una vez que Luis Guillermo Benítez fue vinculado a proceso por daños al erario público.

    Lejos de las tribulaciones de la política en la capital del estado, Édgar tomó distancia del Gobernador y de su antecesor para actuar con mayor prudencia e institucionalidad en los meses que ha estado a cargo del Ayuntamiento de Mazatlán.

    Entre los aciertos más notables que ha tenido como Presidente sustituto destaca el comenzar a conducir las adquisiciones municipales bajo criterios de mayor transparencia, abriendo los procedimientos de compra a la fiscalización de organismos ciudadanos y empresariales.

    Otro acierto fue reconocer el problema del crecimiento urbano descontrolado como el principal desafío de Mazatlán, y por ello se puso en marcha la actualización del Programa Municipal de Ordenamiento Territorial; y con el mismo fin recientemente se creó el Consejo Municipal para el Desarrollo Sustentable.

    De ese modo el panorama para los alcaldes sustitutos se vislumbra diferente para uno y otro. A Gámez Mendívil lo persigue la sombra de lo ilegítimo. Culiacán no tiene rumbo. Por si fuera poco, el Tribunal Electoral de la Federación está a punto de regresar a Estrada Ferreiro al poder, y Juan de Dios no muestra signos de querer defender su administración. Como si esperase que su padrino resolviera el conflicto que se le viene.

    Al parecer ya le hicieron el favor, pues en la sesión de este miércoles el Tribunal ya no incluyó el proyecto a votación, como se había anunciado la semana pasada.

    Mientras, en Mazatlán, Édgar afianza su liderazgo al encabezar reuniones con empresarios, desarrolladores y organizaciones ciudadanas para definir en conjunto el futuro que mejor le conviene a Mazatlán. Esto lo pone en una muy buena posición en la búsqueda de la reelección, aun y cuando enfrente tiene adversarios importantes que le disputarán la Alcaldía, tanto en su partido, como en la Oposición.

    Represión en la UAS

    En esta columna nos solidarizamos con los maestros integrantes del Movimiento Democrático Universitario, por la represión y el hostigamiento del que han sido objeto en Mazatlán por parte del Vicerrector de la UAS en la zona sur y los cuerpos de vigilancia de la institución. Autonomía no es impunidad. Hacemos un llamado a las autoridades para que protejan los derechos políticos y laborales de estos profesores.

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    jorge.ibarram@uas.edu.mx

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