Filosofía de la adversidad

    La adversidad nos prepara para modificar el escenario que nos empujó hacia lo que muchos consideran fracaso, pero del que se puede obtener una valiosa lección para enmendar intenciones, procedimientos y acciones. La historia nos demuestra que los fallos o errores son el trampolín que prepara el avance o corrección.

    Hoy proliferan muchos manuales de autoayuda y cursos de superación personal, así como se redescubre un importante filón de crecimiento en la filosofía estoica, la cual se puso de moda porque proclama la ataraxia, o serenidad e impasibilidad ante el dolor y adversidad.

    Es cierto, que muchas de estas propuestas no resuelven las necesidades que pomposamente proclaman, pero debemos reconocer que, en ocasiones, barremos con la escoba de la indiscriminación estas novedades, lecturas y teorías; por lo que, no conviene desacreditar ni desechar en masa estas ofertas sin aplicar la lupa del discernimiento.

    De hecho, la palabra adversidad tiene un origen bastante significativo. La palabra se forma con el prefijo latino “ad” (hacia) y “versus” (dar la vuelta), de ahí que sea una situación que debemos girar de manera favorable para que no degenere en algo perjudicial.

    Es decir, la adversidad nos prepara para modificar el escenario que nos empujó hacia lo que muchos consideran fracaso, pero del que se puede obtener una valiosa lección para enmendar intenciones, procedimientos y acciones. La historia nos demuestra que los fallos o errores son el trampolín que prepara el avance o corrección.

    Ireneo de Lyon fue un gran pensador cristiano de los primeros siglos, quien escribió una famosa obra llamada “Adversus haereses”, que quiere decir, tratado contra las herejías. Si no existieran errores doctrinales no existirían, tampoco, definiciones o dogmas que hicieran avanzar el contenido programático de cualquier disciplina.

    Así lo expresó Marco Aurelio: “Soy afortunado, porque, a causa de lo que me ha ocurrido, persisto hasta el fin sin aflicción, ni abrumado por el presente ni asustado por el futuro. Porque algo semejante pudo acontecer a todo el mundo, pero no todo el mundo hubiera podido seguir hasta el fin, sin aflicción”.

    ¿Filosofo ante la adversidad?

    -

    rfonseca@noroeste.com

    rodifo54@hotmail.com

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!