El tango Caminito, una frustración convertida en inspiración

EVANGELIZACIÓN, EDUCACIÓN Y CULTURA

    Impregnado el recorrido del sendero, los árboles, los tréboles y las flores, en paralela valla evocan un sentimiento de nostalgia por una pasada ilusión; la de dos seres que se encontraron en una esperanza, hoy desvanecida al correr del tiempo.

    Aquella ilusión, ya perdida, se convierte en fuente de inspiración, penetrando en un mundo maravilloso donde lo que nos rodea cambia su expresión, cobrando vida propia, no importando si se trata de seres animados o inanimados en un sentimiento que lo inunda todo.

    Gabino Coria Peñaloza y María Rogelio Ortiz enfrentaban la autoritaria voluntad de unos padres que habían decidido sobre un destino que no era el suyo, sintiendo como si fuera un derecho de propiedad el destino de la vida de su hija María, entregándola en promesa matrimonial a un militar de alto rango, satisfaciendo así su interesada vanidad sobre la voluntad de su propia hija.

    Eran los inicios del pasado siglo, cuando Gabino tenía 20 años y María 15 al conocerse, cuando él en su ruta laboral no pudo continuar su camino, viéndose obligado a permanecer en el poblado norteño de Argentina de Orta de la Rioja y en una fortuita reunión, surgió un sentimiento de amor profundo entre los dos.

    Juntos recorrían el sendero de un camino, afirmando sus sentimientos y haciendo planes para continuar en su naciente relación.

    A cada uno de los recuerdos se aglutinaba el júbilo de recorrer un sendero, con la esperanza de algún día, esos momentos se prolongarían para toda la vida y la física distancia de ese recorrido se prolongaría su existencia, cuando esa distancia marcaría una futura distancia caminando por toda la vida.

    Cuando por fin pudo continuar su viaje ya había decidido regresar para hablar con los padres de María para explicarles sus sentimientos y sus intenciones de casarse con ella,

    A su regreso cumplió con su intención de hablar con los padres de María, pero se encontró con una férrea negativa, exigiéndole no volver a pararse en esa casa.

    Contrariado y frustrado, cuando caminaba por el poblado alguien le comentó que María ya no vivía ahí y había sido enviada a otro lugar ya que estaba embarazada. Gabino entendió que el embarazo indicaba que ella tendría un hijo que era su propio hijo. Pero no sabía a dónde la habían enviado.

    Frustrado antes de marcharse, decidió recorrer el camino que juntos había recorrido y le despertaba tantos recuerdos.

    Años más tarde conoció al compositor musical Juan Filiberto quien le compartió una historia con similitudes a su propia historia, este le propuso unirse en ambas historias y producir un tema conjunto. Así nació el tango Caminito que trascendiera las fronteras de Argentina, siendo interpretado por las mejores voces alrededor del mundo.

    Interpretado por Carlos Gardel, sin duda llegó a oídos de María Rogelio Ortiz, escuchando que decía: “Caminito amigo que el tiempo ha borrado, que juntos un día nos viste pasar, he venido por última vez, he venido a contarte mi mal”, sin saber qué se refería a ella como la protagonista principal.

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