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"Imágenes sueltas"

"Imágenes sueltas"

    Leo a Kundera. Termino de leer su novela La fiesta de la insignificancia. La fiesta de la inteligencia, dice una nota. ¿Te acuerdas cuando leíste todas las novelas de Kundera?
    Parece que fue otra mujer. Pasaron 15 años desde La ignorancia. Entrar a su lenguaje de nuevo me hace dudar. Pero yo siempre dudo. Y entonces aparecen los destellos del humor, de la sorpresa, de los códigos. La profundidad de los hombres que pasean en el Jardín de Luxemburgo en París. Profundos porque vuelven al origen. Todos somos un ombligo. Nuestra madre está ahí, en el centro. La que se fue también aparece, en el sueño, montada en la bicicleta, en las risas de la fiesta. En el estruendo de la botella rota.
    Volver a leer a Kundera es como abrir un diario viejo. No puedo reconocerme y sin embargo, no dejo de sonreír. De respirar. De moverme un poco antes de empezar el día. Muy lejos ya de París.

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