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Columna

Padres que se apoderan de la vida de sus hijos

    Los hijos “seleccionados” o también llamados “hijos ancla”, hace muchos años era una práctica muy usual, lamentablemente muchos padres en la actualidad siguen con esta tradición, crear los hijos a los que se les “invierte” para que en un futuro se hagan cargo de los cuidados y manutención de los padres.

    En el pasado, hubo una época en la que las familias intentaban concebir una última hija. Debía ser mujer, de preferencia, se educaba para que NO formara una familia propia y aceptara su rol en la vida, el cual estaba predeterminado de antemano: sería la “hija bastón” de sus padres, la persona que los acompañaría y cuidaría en la vejez.

    Incluso llegaban a convencerlos a estos hijos, que eran considerados como “una bendición” para estar junto a sus padres hasta el último momento de su vida, pero también esta tarea, también traía y puede ocasionar a nivel emocional repercusiones como, resentimiento, frustración o incluso el arrepentimiento de haber aceptado tal encomienda. En la actualidad, muchos padres, sin darse cuenta, siguen atrapando a sus hijos en la telaraña de sus necesidades, miedos e inseguridades.

    Los hijos no son de tu posesión, yo a todos los padres que vienen a consulta los invito a formar hijos libres, independientes seguros de sí mismos, dueños solamente de su vida, los hijos llegan a este mundo para ser libres, no vienen a hacerse cargo de nadie, eso es una elección personal. Y necesitan libertad para construir su propia vida, como ellos la elijan y por supuesto a veces cometiendo errores, que al final son los que te enseñan a tomar decisiones.

    Si los padres siguen con esa “tradición” de atar emocionalmente a un hijo, se convierten en un obstáculo para su desarrollo. Hijos de cuyas vidas los padres se apropian, literalmente. Muchos los vence el temor a la soledad o a alguna enfermedad crónica que los llevara a postrarse en cama y qué mejor que un hijo lo cuide, un cuidador “agradecido”, y en algunos casos que se encargue del negocio familiar y cuide también a sus hermanos.

    Hace muchos años traté a un señor con una enfermedad terminal, y en las sesiones del acompañamiento de su proceso, me platicaba cómo desde chico sus papás se divorciaron y la mamá le dijo: “tú eres el hijo mayor de los cinco, así que tú me ayudarás a sacarlos adelante, te sales de la escuela y te pondrás a trabajar”, él tan solo tenía 7 años, y desde ese momento se convirtió en el padre de los hermanos y el esposo de la madre.

    Ya no tuvo vida propia, y un día que llegué a visitarlo, lo sentí muy triste y confundido, hablamos y me platicó que estaba muy, pero muy cansado por la enfermedad y le comentó a los hermanos que ya se quería morir y los cuatro hermanos le dijeron: “ si te mueres, se muere mi mamá”...... y me comentó, “no puedo ni siquiera morirme....”, yo le dije que era libre, y ya no iba a ganarle a la enfermedad, y que era libre de dejar de luchar, ya no podía con tanto dolor e incomodidades, que pensara por primera vez en él, lo ayudé a que se despidiera de su madre y así lo hizo, y murió créanme (porque estuve ahí) con una sonrisa en su cara y en paz, tenía más de 40 años atado a su familia.

    En realidad, los padres que usan a sus hijos como ancla o bastón son víctimas de sus propios miedos e inseguridades. Como no las superan, se las transmiten a sus hijos. De cierta forma, ponen en marcha un mecanismo de manipulación emocional basado en el sacrificio, para “obligarlos” a que se queden con ellos y no formen su propia familia. Sin embargo, la mayoría de los padres no son conscientes del daño que provocan esas responsabilidades.

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