Volar alto
a donde nos lleven los vientos,
volar más allá de nosotros mismos.
Reencontrarnos en el infinito,
en el tejido deshilachado de las nubes,
en las hebras que va soltando la vida
donde se dividen las horas en sonidos
y hacer de los días canciones
que muchos tiempos después
tocarán los tríos
en sus serenatas noctámbulas.
Volar alto
y que nuestros cuerpos hagan sombras
y de las sombras sacar la luz
que nos abrace cuando estemos
dormidos en el recuerdo.
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