El hogar, el peligro

    Si no hay una verdadera cohesión en la magnitud del problema, difícilmente se podrá establecer una verdadera prevención de la violencia contra las mujeres.

    Denunciar la violencia dentro de los hogares es una ayuda importante para inhibir las agresiones a mujeres, pero no basta.

    Las penas impuestas a quienes atacan a mujeres, que en muchos casos llegan al asesinato de la víctima, no inhiben mucho la consumación del delito, pues en muchos casos el agresor actúa bajo el influjo de drogas o sustancias que alteran su percepción de la realidad.

    En variedad de situaciones es la posibilidad de obtener un beneficio monetario para poder sufragar la adicción la causa directa del ilícito; aunque, en otros es la animadversión hacia la víctima que impele a cometer el ataque.

    Es el problema de las adicciones lo que provoca tragedias como la sucedida el miércoles en la Colonia Rafael Buelna, en Mazatlán.

    En el lugar, una adulta mayor, de nombre Rosa, murió por golpes con una tabla; a manos de su hijo, quien según vecinos acababa de salir de un centro de rehabilitación.

    Esta clase de violencia homicida por parte de personas alteradas por drogas es un problema con múltiples raíces en los diferentes sectores sociales.

    Sin embargo, ni las propias autoridades logran homologar sus cifras respecto al asesinato de mujeres en Sinaloa, donde el mes de octubre de 2023 está catalogado como el mes con más casos de feminicidio durante los últimos cinco años.

    Pero lo más sencillo de hacer, un recuento de casos ocurridos por fechas, difiere de una institución a otra y de un organismo a otro.

    En su conferencia Semanera, el Gobernador Rubén Rocha Moya destacó que Sinaloa es el número 29 en el País y el número 13 en homicidios dolosos, sin embargo reconoció que en el tema de feminicidios sí ha habido un incremento en relación al año anterior, pero las cifras dadas contrastan con otras fuentes.

    Los datos otorgados por el Gobierno estatal difieren en algunos casos con lo difundido por el Semáforo Delictivo, mientras que la titular de Semujeres, Tere Guerra, declaró hace una semana que 34 mujeres habían sido asesinadas en Sinaloa y 31 de estos asesinatos ya estaban tipificados por la autoridad como feminicidio.

    Si no hay una verdadera cohesión en la magnitud del problema, difícilmente se podrá establecer una verdadera prevención de la violencia contra las mujeres.

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