Nuestros héroes de verdad

    Los bomberos de Culiacán se enfrentaron con fiereza y valor a las llamas, vestidos con pesados trajes de protección e incómodos trajes de oxígeno, a temperaturas muy altas.
    Afuera, las policías Municipal y Estatal montaron un operativo para desalojar a las personas, los agentes de Tránsito y el Ejército Mexicano bloquearon los accesos y dirigieron el copioso tráfico por un lugar seguro, junto a la Guardia Nacional.

    Este domingo nuevamente perdió su habitual tranquilidad en Sinaloa con la alerta por un megaincendio al sur de Culiacán.

    Tuvimos la suerte que el siniestro, que por momentos se volvió un verdadero monstruo, no hizo más daño que afectaciones materiales y algunas evacuaciones solo por precaución.

    Pero los que estuvieron ahí, como siempre, fueron los voluntarios y elementos de nuestro heroico Cuerpo de Bomberos de Culiacán, jugándose la vida para que el incidente no llegara a tragedia.

    Después del mediodía, los números de emergencia sonaron por un incendio que se registró al sur de la ciudad, junto a uno de los cruceros más transitados, la avenida Álvaro Obregón y la carretera La Costerita.

    Aunque no se sabe cómo comenzó el siniestro, se alimentó de lo que tuvo cerca, en medio de autos chatarra y terrenos de yonkes, hasta alcanzar un negocio de agroindustrias, en donde comenzaron las explosiones cuando el fuego llegó a los químicos embodegados.

    Los bomberos de Culiacán se enfrentaron con fiereza y valor a las llamas, vestidos con pesados trajes de protección e incómodos trajes de oxígeno, a temperaturas muy altas.

    Afuera, las policías Municipal y Estatal montaron un operativo para desalojar a las personas, los agentes de Tránsito y el Ejército Mexicano bloquearon los accesos y dirigieron el copioso tráfico por un lugar seguro, junto a la Guardia Nacional.

    Nuestros socorristas también estuvieron ahí atentos, las cuadrillas del Ayuntamiento de Culiacán ayudaron llevando agua, los oficiales local y estatal de Protección Civil dirigieron y coordinaron los esfuerzos y al final el monstruo fue dominado, luego disminuido y ya por la noche destruido.

    Un total de 140 evacuados, muchos sustos y daños materiales, y cientos de escenas y momentos por los que hay que estar orgullosos de nuestros cuerpos de emergencia, que cambiaron una tarde de domingo con sus familias por acabar con la tragedia que nos amenazaba.

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