"Esta elección tiene mala cara"

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27/02/2015

    A cuatro meses de la elec­ción, hay pocos cam­bios en la pelea parti­dista. El partido en el poder continúa al frente con una preferencia efectiva de 32 por cien­to; seguido del PAN a seis puntos, y en un lejano tercer lugar aparece el PRD con apenas el 13 por ciento de votos. Muy cerca se encuentra el Partido Verde, con 11 por ciento, seguido por Morena (9 por ciento), según la última encuesta de Para­metría levantada entre el 7 y el 12 de febrero.
    Dichos resultados a pesar de la mala percepción del trabajo presidencial se pueden explicar por el tipo de elección de que se trata. Al ser una elección interme­dia, en donde no se elige al Ejecu­tivo si no únicamente a parte del Congreso al menos en el ámbito federal, lo que prevalece es el voto duro de los partidos.
    En este sentido, asiste la ra­zón a la propia casa encuestadora cuando afirma que "a diferencia de una elección de ejecutivos presidente o gobernador las elecciones intermedias federa­les suelen ser menos volátiles y la preferencia electoral menos personalizada (no hay candida­tos) y más abstracta: se vota por un partido (...) La estabilidad en esta elección puede ser explicada también por la baja participación. Lo más probable es que esta elec­ción esté entre 15 y 20 puntos por debajo de nuestra última elección presidencial. Un número alrede­dor de 45 por ciento si atendemos la tendencia histórica. Con este nivel de participación bajan los votantes independientes, es de­cir, aquellos que no expresan nin­gún apego a una fuerza política en particular. Aquellos votantes con simpatía partidista, conocida coloquialmente como "voto duro" pasan a cobrar mayor peso en esta elección". [1]
    Por si esto no fuera suficien­te, la oposición está fuertemente dividida por ejemplo, dentro de la izquierda van a existir cuatro opciones partidistas y sumida en sus propios escándalos. Ante esta situación, todo apunta a que el partido en el poder tendrá vía libre para obtener la mayoría de votos.
    Además de las elecciones lo­cales en donde están en juego nueve gubernaturas, 641 diputa­ciones, 993 alcaldías y las 16 jefa­turas delegaciones en el Distrito Federal, lo importante es ver si el PRI y su aliado, el Partido Ver­de, alcanzan una mayoría abso­luta en la Cámara de Diputados.
    Con ello, el Presidente tendría las manos libres para que sea aprobado el Presupuesto federal y no menos importante la cuen­ta pública (es decir, la forma en cómo se ejercen dichos recursos).
    No creo que sea una buena idea regresar todas las distan­cias guardadas, ya que el País y la sociedad son muy diferentes a la situación de antes de 1997, en donde el partido oficial contaba con la mayoría congresual para aprobar todas las ocurrencias presidenciales y controlaba los escasos mecanismos de vigilan­cia que existen en nuestro sistema político.
    En menos de cuatro meses vere­mos qué es lo que opinan los mexi­canos, aunque creo que mi temor va a ser confirmado en las urnas.
    Twitter: @jose_carbonellhttp://josecarbonell.wordpress.com

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