Editorial
Sinaloa anunció con “bombo y platillo” que aceptaba la Alerta de Violencia de Género para atender los casos de agresión contra las mujeres en cinco municipios de la entidad.
La declaratoria se emitió el 1 de abril de este año y desde entonces, la entidad no ha visto disminuir las agresiones que se han presentado hacia este sector de la población.
Organizaciones han advertido que no ha habido voluntad del Gobierno para destinar recursos que permita poner en marcha los mecanismos de prevención de este tipo de delitos contra las mujeres.
Y la ausencia de esos recursos ha permitido, al menos, que sigan presentándose hechos lamentables en el que las mujeres siguen siendo víctimas de la violencia que se sigue presentando en Sinaloa.
En lo que va de este año, se han presentado en la entidad 55 feminicidios, casos en los que la violencia contra las mujeres ha terminado en asesinato. Para el 31 de agosto de 2016, de acuerdo con datos de la Fiscalía, en la entidad sumaban 47 casos de feminicidios.
Y lo que es aún más grave: se cometen los homicidios sin la posibilidad de que haya justicia. De los 55 casos registrados en Sinaloa, solo seis feminicidios han sido aclarados por la Fiscalía General del Estado.
La impunidad es el sello que ha marcado al sistema de impartición de justicia en México y en Sinaloa, no es la excepción.
Los feminicidios no están al margen, como lo admite con los resultados la Fiscalía General de Sinaloa. Y eso, no permite que delitos de alto impacto lleguen a frenarse, sino que, al contrario, la impunidad signifique un aliciente para que se sigan cometiendo.
Sinaloa, tiene la Alerta de Violencia de Género para poder actuar. Se requiere de la voluntad de las autoridades para establecer los mecanismos que permitan orientar y prevenir estas agresiones que terminan con la vida de las víctimas. Y sobre todo, de recursos para poner en marcha las acciones necesarias.
De nada sirve que en Sinaloa, las autoridades expresen su compromiso de atender esa Alerta de Género si solo va a quedar en el discurso.
Porque hasta ahora, la realidad restriega en la cara de las autoridades que la violencia contra las mujeres en Sinaloa sigue ganando.
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