"Alguien nos sigue en Facebook. Redes y secuestro, la artimaña"

Aunque las estadísticas de la Fiscalía General de Sinaloa no lo precisan, las dependencias homólogas de otros estados han logrado establecer que el obsesivo apego de los jóvenes a las redes sociales les ha simplificado a las bandas de secuestradores el trabajo de seleccionar, ubicar y plagiar a sus víctimas.

Por ejemplo, la Coordinación General de Combate al Secuestro del Estado de México afirma que la labor de elegir a víctimas para este delito se ha facilitado ya que dejó de ser selectiva ante la posibilidad de realizarla al azar por el descomunal descuido en la divulgación de datos personales y familiares.

En 2017 se registraron 173 secuestros en Edomex y en la mitad de ellos pudo ser el mal uso de información personal en dispositivos móviles de comunicación lo que convirtió a cibernautas en presas de los criminales. El boom de las redes sociales, advierte la institución, hace saber en tiempo real a los maleantes dónde está vacacionando o cenando la posible víctima.

Los secuestradores han situado a los jóvenes como objetivo criminal, ya que es más fácil seguirles los pasos a través de las redes sociales y estimar el estatus económico que los selecciona o descarta como víctimas. Esto es una hipótesis fundada en hechos atendidos por la Policía y sobre todo alentada desde el manejo irresponsable de datos personales.

Es fácil entrar al perfil de cualquier joven en Facebook y diagramar sin margen de error el itinerario de su vida. Dónde estudia, qué come, cuál es su relación sentimental e incluso qué lugares va a visitar en las próximas horas y días. Se otorga demasiada información a bandas criminales que la procesan y la transforman en fichas de víctimas potenciales.

Lo que más presumen los chavos son los viajes que realizan, las fiestas a las que acuden, los lujos que se dan y sus relaciones con personas económica, social o políticamente influyentes. En la mayoría de las veces denotan un nivel de vida irreal, más de apreciación por su convivencia con terceros acaudalados, aunque los secuestradores aun así los marcan en las listas de posibles blancos.

Datos de la Unidad Especializada Antisecuestros señalan que en Sinaloa los jóvenes y adultos mayores son los que más incidencia sufren en este ilícito.  Por un lado los estudiantes de entre 16 y 23 años, cuya exposición en plataformas digitales es negligente; por el otro las personas mayores de 70 años por la vulnerabilidad en capacidades de defenderse.

Quizá lo más preocupante es que son los usuarios de las redes sociales los que prácticamente se  autopostulan como candidatos a secuestros. Las células de plagiarios no necesitan hoy salir a las calles a buscar víctimas viables ya que en Internet pueden monitorearlas y elegirlas. Resulta terrible que la tecnología digital sea la herramienta perfecta para planear y consumar privaciones forzadas de la libertad.

Aquí cabe preguntar qué hace la Fiscalía General del Estado para concientizar en escuelas y hogares sobre la utilización responsable de las redes sociales. Los hechos recientes de privaciones violentas de la libertad que afectan a jóvenes deberían poner a pensar al respecto al Fiscal Juan José Ríos Estavillo.

Re-verso

Quien vive del espejismo,

De ser en redes notable,

Se convierte a sí mismo,

En posible  secuestrable.

Rehenes de Beltrones 

El mismo que le pidió al Gobernador Quirino Ordaz que habilitara a Sergio Torres como Secretario de Pesca y que es parte de la camarilla política que llevó al PRI al despeñadero, volvió al redil tricolor y trae la misión de rescatar la campaña de José Antonio Meade en Sinaloa. Se trata de Manlio Fabio Beltrones que acaba de zanjar diferencias e intereses con el candidato presidencial cambio de mantener a este y al PRI como rehenes.