"Alistan el ataúd del peculado La impunidad, el último clavo"

A como está de caldeado el ánimo popular, el Congreso del Estado deberá cuidar con qué les va a salir a los sinaloenses al momento de votar la cuenta pública del ex Gobernador Mario López Valdez, correspondiente al primer semestre de 2016. No vaya a derrumbar con un tropezón de impunidad el único pilar de confianza que le queda al Legislativo, que es la fe en que esta vez sí hará valer el estado de derecho.

Se da por asentado que la mayoría parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional aprobará el reporte malovista del gasto público con todas las irregularidades, sin enseñar siquiera un rasgo de vergüenza.

Tal vez como último consejo, igual al que se le otorga al condenado a muerte, es preciso repetirle que matará muchas expectativas recién fundadas.

Acudimos a un momento crucial en Sinaloa y quién sabe si lo entiendan así los tres poderes. Sin precedentes de algún cierre de sexenio en el que brotó como ahora la corrupción por todos lados, faltaría el parteaguas del castigo ejemplar al peor latrocinio que se hubiera cometido, con la burla desfachatada como el corolario que enfurece.

Malova y sus colaboradores se han llevado todo el dinero posible y esto ya es una sentencia pública cuando apenas empieza la compulsa; solo por no dejar, no han dejado nada.

Los más de mil millones de pesos que descontaron a los trabajadores del Gobierno del Estado y que no se integraron al Instituto de Pensiones de Sinaloa configuran el delito de peculado y las razones jurídicas suficientes para llevar a la cárcel a los responsables.

Y la cuenta crece con 198 millones de pesos no conciliados en los bancos, 20 millones no pagados a la compañía de seguros Metlife, 11 millones no reportados al ISSSTE y ahora la acusación que hacen accionistas del Ingenio Azucarero de Los Mochis, por el despojo y venta fraudulenta de 21 hectáreas que pertenecían a la factoría y cuyo dinero se esfumó en las manos de López y su banda.   

Súmense más millones de pesos: 4 mil 457 de la deuda sin fuente de pago, los 205 que no reportó ni pagó al fisco, los 500 que la Secretaría de Salud quedó debiendo a proveedores, los 100 que no liquidó a los constructores del nuevo estadio de "Tomateros". Y así, acumulativamente, hasta que alguien se anime a lanzar la primera denuncia contra los saqueadores.

De ese tamaño es el féretro que preparan los diputados del PRI para enterrar el desfalco. Tan grande que cabrán ahí, como víctimas colaterales, la promesa de castigar a funcionarios deshonestos que formula el Gobierno de Quirino Ordaz Coppel, la creación de la Fiscalía Anticorrupción y la sanción ejemplar contra los bandidos del erario. ¿Le corresponderá a la 62 Legislatura ponerle el último clavo al ataúd?

Que vengan entonces al cortejo las muchedumbres que despiertan con el golpe del "gasolinazo". Que empiecen a llorar las plañideras de la ley fallida. Oren, rezanderas, con las plegarias de los desesperados. Y escríbase el epitafio de "aquí yacen los diputados del PRI, fulminados por la desvergüenza".

Re-verso

Así nomás porque sí,

Les agarró la ventolera,

A los diputados del PRI,

De solapar la robadera.

El PAS, una de cal

De sostenerse firmes en la no aprobación de las chuecas cuentas malovistas, la bancada del Partido Sinaloense y el coordinador de esta, Víctor Antonio Corrales Burgueño, darán a los demás partidos una lección de sensibilidad ante las masas que andan en franca cacería de ratas de dos patas.

alexsicairos@hotmail.com