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"LA VIDA DE ACUERDO A MÍ"

"¿Aridoamérica libre?"

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    alessandra_santamaria@hotmail.com

    Twitter: Aless_SaLo

     

    Recientemente me preguntó un conocido si estaba al corriente de un grupo de personas que por medio de su página de Facebook compartían su deseo de independizar el norte de México, en específico los estados de Baja California Sur y Norte, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Tamaulipas, Coahuila, Durango y Nuevo Leon, por la supuesta superioridad de las sociedades norteñas. Aunque no es la primera vez que se escucha que una región en específico busca deslindarse del resto de su nación, como ya sucede con Cataluña en España, California en Estados Unidos, y hasta el mismo Yucatán en determinado momento, me sorprendió que muy espontáneamente surgiera este movimiento con explicaciones y prejuicios erróneos.

     

    Dicha página se llama “República de México del Norte”, y como imagen distintiva tienen a un hombre de mandíbula rígida, atuendo de cantante de banda, bigotito, sombrero, pose al estilo “I want you” (for the army) del Tío Sam y hasta una especie de insignia que me recuerda a la bandera de los Estados Unidos Confederados o la de España durante la dictadura de Franco.

     

    Entre sus argumentos destacan el de no querer cargar con los rezagos del sur, así como sus conflictos internos y desigualdades. Argumentan que el dinero que aportan los estados del norte para el presupuesto federal debería quedarse en la región apodada como Aridoamérica, ya que todavía merece muchas mejorías. Así mismo comparten imágenes de equipos de futbol conformados por puros mexicanos “norteños”. Sin embargo, el argumento que me parece más interesante es la crítica que le hacen a la centralización en general. Es cierto y nadie puede negarlo, que la vida artística, cultural, académica, política y en algunos casos, también la turística del País se enfoca en el centro. Un ejemplo sencillo es pensar en la cantidad de festivales, conciertos, museos y librerías que hay en y alrededor de la Ciudad de México, en comparación con los miles de kilómetros que conforman los enormes estados del norte. Y también es cierto que las innovaciones tecnológicas e industriales se mantienen en las ciudades cercanas a la capital. Sin embargo, para poder hacer reclamos a la sorda, como veo que hacen seguido los creadores de “Aridoamérica libre”, es necesario tener una mayor comprensión sobre cómo funcionan los presupuestos gubernamentales y cómo influyen los factores de densidad de población, pobreza extrema, mil otras cuestiones que desconozco y hasta la misma cultura. Por razones que tomaría demasiado tiempo explicar, el concepto de sociedad civil no ha nacido formalmente en los estados del norte. Esto quiere decir que la gran mayoría de la población no ha aprendido que para mejorar se tiene exigir en serio. Predomina un sentimiento de conformismo. Y aunque esto no es una justificación hacia lo “ignorados” que pueden estar dichos estados en cuestión de entretenimiento u oportunidades para la población, considero que es importante aprender de las constantes luchas a la que los defeños se enfrentan para mejorar la ciudad que ven como su hogar.

    Por más que sea cierto que los gustos, tradiciones y estereotipos de Sinaloa o Sonora son muy distintos a los de Chiapas o Estado de México, sería ridículo declarar que un estilo de vida es mejor que otro. La homogeneidad absoluta es virtualmente imposible, por más pequeña que sea una región. Si todas las naciones de dividieran basándose en las más absurdas diferencias, no quedarían ni regiones norte o sur, y tal vez ni si quiera estados, sino ciudades fragmentadas y obsesionadas con diferencias que vale la pena celebrar, en lugar de comparar como si fuera una competencia.

     

     

    El movimiento ha recibido mucha atención, pero sobre todo es negativa. Como era de esperarse, los comentarios de cada publicación se ven inundados de infinito apoyo y lealtad hacia la bandera mexicana, que nos une a pesar de nuestra jerga local o gastronomía típica. Abraham Lincoln dijo, antes de ser Presidente, que una casa dividida en sí misma no tiene posibilidades de permanecer de pie. Me parece que era un hombre sabio.

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