"Ataque a la Cruz Roja: un llamado de respeto al humanismo y la paz"

La violencia desatada en Sinaloa no puede dejar de sorprendernos, todos los días la delincuencia busca diversas maneras de hacerse presente para hacer más visibles y escandalosos sus crímenes. Los objetivos son claros: la intimidación y el terror.

Las y los sinaloenses han sido testigos de una escalada de violencia que hasta la fecha ninguna autoridad ha podido detener. No bien terminamos de sorprendernos por una oleada de brutales asesinatos y feminicidios, cuando aparecen en las noticias las ejecuciones de personas lanzadas desde una aeronave en vuelo, así de crudo, como película de mafia estadounidense.

Las estrategias de seguridad de Quirino Ordaz han fallado, hace no más de un mes presumió el arribo de cientos de elementos militares que dijo “vendrían a reforzar los operativos para un Sinaloa más seguro”. Aún con la presencia de la policía militar, seguimos esperando los resultados.

Entre el miércoles y jueves se encendieron de nuevo las alertas pues se tuvo conocimiento de la retención ilegal de un grupo de paramédicos de la delegación Navolato de la Cruz Roja. Según se cuenta en la relatoría de hechos, los paramédicos acudieron a prestar auxilio por un llamado para atender un choque cuando fueron interceptados por un grupo armado.

Los paramédicos fueron retenidos y obligados a prestar servicio y traslado a una persona lesionada por arma de fuego. Según los protocolos de acción de la Organización Internacional Cruz Roja, ante hechos de violencia contra el personal o la corporación se deben tomar medidas extraordinarias para la salvaguarda de la integridad del voluntariado o personal médico.

Estos protocolos de acción entran en vigor cuando se considera que la zona de atención representa un peligro por un entorno de violencia armada, donde las partes en conflicto no respetan la neutralidad de la institución.

El caso de la Cruz Roja Navolato se suma a una serie de acciones violentas contra civiles ajenos al conflicto. Lo más grave del caso es que la autoridad no da señales de preocupación y mucho menos de interés para resolver la violencia desbordada.

Sinaloa ha estado en la mira nacional e internacional por el repunte de la violencia en un arranque de gobierno que muestra el lado más burdo de la ineficiencia e incompetencia.

Expertos en seguridad consultados por este columnista dejaron ver su extrañeza ante el silencio que guardó la autoridad respecto a los actos violentos contra la noble institución dedicada a la atención de labores humanitarias.

“Es inadmisible el silencio que guarda la autoridad en Sinaloa ante el grave daño que se causa al movimiento de la Cruz Roja. En cualquier otro lugar del País, o incluso del mundo, el sólo hecho de retener por unos minutos al personal  del voluntariado, sus instalaciones o sus vehículos, hubiera motivado a una reacción inmediata para dar con los responsables y ofrecer garantías para el desarrollo ordinario de sus labores humanitarias, cívicas y pacíficas”, me comentó por teléfono un amigo experto en seguridad nacional que me pidió reservar su nombre.

Quirino está desorientado, no tiene una estrategia de control de daños en materia de seguridad, mucho menos una estrategia para erradicar la violencia, no resuelve y nadie le ayuda a resolver. Va de tropiezo en tropiezo, en estos lamentables hechos, tal como lo señalan voces expertas, queda de manifiesto que poco entiende de contextos y poco sabe del gran valor social de una institución humanitaria, imparcial, neutral, independiente, universal y pacifista. Si el gobierno no defiende a la Cruz Roja, debemos defenderla entre todos. Mi solidaridad al cuerpo de voluntarios, médicos, enfermeras y paramédicos de noble institución que su único fin es: ¡Salvar vidas! Luego le seguimos...

jesusrojasriver@gmail.com