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"Opinión"

"Cambiar el drenaje"

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16/08/2017

    Carlos Elizondo Mayer-Serra

    Ahogado el niño (y el padre), ahora hay que tapar el pozo. El dictamen del socavón concluyó que por no cambiar un viejo drenaje se hundió la carretera. Presupuestada en 1.4 mil millones de pesos, se gastaron 2.2 mil millones de pesos por una obra de 14.5 kilómetros. Debe ser el costo por kilómetro más alto del mundo. 
     
    Sin embargo, no hubo recursos para cambiar un viejo drenaje, supongo que por tener que “repartir” mucho dinero. Ahora se van a tener que gastar unos setecientos millones más en reparar la carretera y los daños asociados al socavón.
     
    Esclarecer la causa no implica señalar al responsable. El dictamen culpa a todos, lo cual es responsabilizar a nadie. Las autoridades están ganando tiempo para que el escándalo se olvide. Ya tienen un nuevo caso. La confesión de los altos directivos de Odebrecht de que el presunto responsable de recibir dinero de parte de ellos fue Emilio Lozoya, en plena campaña presidencial de Peña Nieto.
     
    El dictamen del socavón es una suerte de metáfora sobre lo que es nuestro país. No sustituimos viejos drenajes, ni limpiamos la porquería que corre por ellos, y queremos construir un país que funcione sobre esos cimientos que el agua sucia tan fácilmente reblandece.
     
    Sobre viejos drenajes quisimos construir una democracia. Por eso está llena de socavones. El PRI requería mucho dinero para ganar elecciones. Para que votara por la reforma electoral del Presidente Zedillo en 1996, la cual buscó por primera vez un piso parejo, la solución fue repartir por ley mucho dinero a todos los partidos. Al principio el PAN, dirigido entonces por Calderón, regresaba una parte de estos recursos a la tesorería de la Federación. El PRD, encabezado entonces por López Obrador, usaba una parte para entregar libros de texto. Sin embargo, muy pronto se acostumbraron a gastar todo el dinero que se les repartía y hasta más. Sobre esas maquinarias adictas a carretadas de dinero hemos ido construyendo un costoso sistema electoral que es la punta de partida de mucha de la corrupción que nos acecha.
     
    Sobre los viejos drenajes de nuestro sistema judicial, de jueces para quienes cualquier formalismo legal es ahora el pretexto para liberar a alguien, con ministerios públicos que no saben o no quieren, (dependiendo de quién pague), armar bien la averiguación previa, se quiso construir un sistema penal moderno basado en un cambio de fondo en cómo se procesa a un culpable. Es aterrador la cantidad de inocentes que están presos en las cárceles por los abusos del viejo sistema, pero las historias de criminales sueltos en la calle por distintos detalles procesales con el nuevo sistema de justicia penal abundan. 
     
    Una historia de Trinidad Belaunzarán muestra cómo el nuevo sistema parece diseñado para liberar culpables. Le robaron su casa. La estrategia de la defensa es retrasar al máximo el juicio. En sus palabras, después de que le pospusieron una audiencia: “¿A qué le apuestan estos malhechores con estos juegos? A que yo me canse, a que no me presente en 10 días y él sea acreedor a un procedimiento abreviado y restituya el daño del robo de manera económica (con lo mínimo) y salga libre (como en el caso de la supuesta novia de Javier Duarte: Xóchitl Tress). Le apuestan a eso porque así sucedió con otra de las víctimas de este señor. Sí, hoy mismo después de mi audiencia el señor entraba a otra audiencia “también” por acusación de robo a casa habitación y la víctima en esa audiencia ya no se presentó. En este segundo caso, se tiene reconocimiento de huellas y videos de alta calidad de la casa de la víctima con la cara de este señor plenamente identificada y aun así la víctima se “agotó”, se “cansó”, se “amedrentó” y decidió no ir”. 
     
    Dentro de los responsables de las fallas de este sistema penal están los mismos gobernadores, incluido el Jefe de Gobierno, que ahora lo culpan del incremento de la violencia en el país. Hay que quitar los viejos drenajes, reparar el sistema, no creer que se resuelve el problema regresando al viejo sistema que metía a la cárcel a inocentes y que tampoco apresaba a los grandes criminales.  
     
    Ahora sobre los viejos drenajes se quiere hacer una fiscalía autónoma. El debate se ha centrado sobre quién la debe presidir. No es tema menor. Hoy el Procurador General de la República actúa cuando le da la gana. Es crucial tener un Fiscal y un Fiscal Anticorrupción profesional que no encubra a los amigos y proceda contra los enemigos. Pero incluso si se logran buenos nombramientos, tendrá que operar por arriba de una red de drenajes podridos y viejos que van a hundir cualquier esfuerzo de enfrentar a los poderosos intereses que se benefician de todo tipo de ilegalidades. 
     
    Es siempre más atractivo vender la idea de que se requieren grandes reformas legales, el extremo es la nueva Constitución capitalina. Pero lo que necesita el país es ir desmontando todos esos drenajes sobre lo que hemos ido legislando alegremente. Eso es mucho trabajo. A nuestros gobernantes no suele parecerles una actividad rentable.
     
    @carloselizondom
    Profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey

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