Jesús Héctor Muñoz Escobar
Agustín Carstens ha sido Gobernador del Banco de México desde el 1 de enero de 2010, en 2015 fue ratificado para un nuevo periodo que corría del 2016 a 2021, sin embargo la historia ya la sabemos, hace unos días nos enteramos que dejará el cargo a partir de julio de 2017, ocupará el cargo de Gerente General el Banco de Pagos Internacionales (BPI), mejor conocido como el Banco de Bancos. El BPI es una organización internacional que agrupa a los 60 bancos centrales, que constituyen el 95% del PIB mundial, actúa como contraparte de primera categoría en las transacciones financieras de las propias entidades centrales y como agente fideicomisario en operaciones financieras internacionales. Así como promociona la estabilidad financiera y monetaria a nivel internacional.
Carstens es un economista destacado y conocido por sus habilidades no sólo en el país sino a nivel internacional por su mismo gremio como con los inversionistas internacionales, la invitación a trabajar en semejante institución habla de la clase de hombre que es, es el primer banquero central de una economía emergente en ocupar ese puesto. Su tarea como Gobernador fue y sigue siendo porque sigue en el puesto, mantener la paridad del poder adquisitivo de la moneda de nacional, es decir es el encargado de la política monetaria, para lograr un buen manejo de ello tiene que cuidar principalmente la inflación y el manejo de la tasa de interés. Ésta la cumplió a cabalidad, la inflación en la primer quincena de noviembre se reportó en 3.29% a pesar de la depreciación del peso frente al dólar.
Se especula que su salida del Banxico es por desencuentros con las autoridades federales, especialmente con Hacienda, algo que él niega rotundamente, enfatiza estar consciente que se retira en momentos complicados para el país. Sin embargo el anunció se da en un mal momento por las siguientes razones. En primera porque el triunfo de Trump en Estados Unidos ha traído consigo la incertidumbre económica, que claramente se ve reflejada en la depreciación del peso frente al dólar que rebasó la barrera de los 20 pesos. Parte de esa incertidumbre es producto también de la renegociación o futura cancelación del Tratado de Libre Comercio, lo que ha detenido la llegada de las inversiones ante la especulación.
Así que lo más sano hubiera sido que Carstens hubiera anunciado su salida una vez que el Trump tomará posesión del cargo el 20 de enero de 2017 o al menos no el día que el Presidente Peña anunciaba el arranque de su quinto año de gobierno. Por si fuera poco es un mal momento porque se especula que la Reserva Federal de fin a su política monetaria expansiva, subirá el rango de las tasas de interés de referencia, lo cual tendrá como consecuencia que mucho del dinero que se encontraba invertido en países emergentes como México entre otros regresen a EEUU ante la posibilidad de encontrar mayores rendimiento. Estas inversiones eran vitales principalmente para mantener el déficit de la balanza de cuenta corriente y de la cuenta pública.
Tercero, en la política económica de Trump se vislumbra una economía más cerrada en EEUU, él está llamando a las empresas estadounidense a invertir en el país, a cambio de ofrecerles impuestos más bajo e incluso analiza flexibilizar las leyes ambientales para hacerlo más atractivo. El primer gol, lo anotó al conseguir que la empresa Carrier se quedará en Indiana y no se trasladará a México.
Con esto podemos ver que quien asuma el puesto tendrá grandes retos, ya se manejan algunos nombres para ocupar el cargo pero sin duda Carstens es un hombre de gran experiencia con reconocimiento internacional.
Por otro lado José Antonio Meade Secretario de Hacienda Muy reconocido también por la comunidad internacional: ha dicho que México va por el camino correcto y se está haciendo lo mas responsable en materia macroeconómica; el mensaje dio certidumbre por quien lo dijo, si no el peso hubiera llegado a 23 pesos por dólar. Que bueno que Meade tranquilizo los mercados.
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