"Crecerá presión"

Crecerá presión

Quienes le apuestan al olvido en el caso del periodista Javier Valdez se llevarán una gran decepción.

Ya son muchos las manifestaciones que describen a una sociedad herida, harta de la simulación institucional frente a crímenes de mujeres, niños, abogados, activistas, empresarios.

La gota que derramó el vaso fue el homicidio del escritor y periodista, cofundador del semanario Riodoce y corresponsal de La Jornada.

Seguramente los gobiernos estatal y federal, a través de sus “orejas”, ya tienen los reportes fidedignos de la exitosa concentración del lunes por la tarde en la Catedral de Culiacán.

La protesta, convocada a través de redes sociales unas horas antes de cumplirse una semana del homicidio, logró reunir a cientos de sinaloenses inconformes que alzaron su voz, exigiendo justicia.

Lo trascendental de este hecho es que la sociedad, no sólo un gremio periodístico, hace suya esta afrenta. 

Esto no había ocurrido en Sinaloa, con ningún otro comunicador inmolado por la delincuencia.

Por eso en la catarsis colectiva del lunes confluyeron lo mismo periodistas, que estudiantes, académicos, amas de casa, profesionistas, empresarios.

Sin liderazgos u organizaciones de por medio, los propios manifestantes leyeron proclamas, demandas de justicia y decidieron cerrar, por varios minutos, la principal avenida de Culiacán, la Álvaro Obregón.

Así que cualquier cortina de humo que se quiera levantar desde el Estado, con el fin de infundir miedo, temor o desactivar la presión, se toparán seguramente con una sociedad que ha crecido ante el terrible golpe asestado.

La reflexión 

Para muchos, sobre todo para familiares, amigos y colegas cercanos a Javier Valdez, sólo el hecho de pensar que la presión social vaya a relajarse, y con ello dejar que las autoridades dejen para después los trabajos de esclarecimiento de su crimen, asusta y enoja.

En una charla con el periodista y doctor en Ciencias Sociales, Jorge Guillermo Cano Tiznado, señaló cómo deben de acompañarse estas protestas también con una reflexión interna, sobre todo del grupo.

No es poco el porcentaje de la sociedad que tiene un mal concepto a miembros del gremio periodístico.

Cano Tiznado, quien impartió la clase del Quehacer del Periodista en la Licenciatura de Periodismo en la Universidad Autónoma de Sinaloa, ha señalado siempre sobre el comportamiento recto que deben seguir los trabajadores de la comunicación.

“Voy a cumplir 48 años en este asunto (periodismo)”, dice Cano Tiznado, “y de siempre he vivido con la pena de que la percepción social no favorece al reportero, no favorece al comunicador, debido a las prácticas corruptas que privan en buena parte del gremio y nos guste o no, lo tenemos que reconocer, lo tenemos que admitir”.

La invitación a reflexión del profesor no debe tomarse a la ligera, sobre todo por la parte en que es importante mostrar una buena cara a la sociedad.

Mensajes mortales

Pretender resolver un problema con retórica siempre manda un mensaje equivocado y negativo.

Para Marco Lara Klahr, el Gobernador Quirino Ordaz Coppel mandó un mensaje negativo al no investigar y hacerse cargo, con o sin denuncia, de las agresiones al semanario Ríodoce.

Noroeste documentó que Ordaz Coppel supo que el 19 de febrero se hizo una requisa de ejemplares de Ríodoce en el que se publicó una entrevista hecha a Dámaso López, y que aquella vez dijo que los periodistas siempre tendrían apoyo en su gobierno, sin embargo, el Gobierno de Sinaloa no investigó.

Lara Klahr, periodista y director del Programa de Medios y Justicia del Instituto de Justicia Procesal Penal, advirtió que ese tipo de actitudes son de retórica, que mandan mensajes equivocados a las personas que buscan hacer un daño, en este caso los que asesinaron a Valdez.

Si el Gobernador pretendía dar calma social, lo que hizo fue mandarles un clarísimo mensaje a los asesinos de que el Gobierno no estaba haciendo nada y estaba menospreciando el posible asesinato.

Y ya varios analistas ve un futuro de impunidad en el caso de Javier Valdez, ya que el mensaje es equivocado no es “tranquilizador”, porque marca una pasividad de parte de las autoridades. 

Pasividad que impide accionar, investigar y por ende encontrar a los culpables y que éstos sean castigados.

Como dice una frase adjudicada a Eduardo Galeano, sobre la impunidad.

“La impunidad premia el delito, induce a su repetición y le hace propaganda: estimula al delincuente y contagia su ejemplo”.

Esperemos que todo esto sirva para detenerla.

La respuesta

Un empresario que hizo pública su demanda de justicia ante los crímenes de alto impacto registrados en las últimas semanas en Sinaloa reveló que más tardó en firmar dicho documento, que en lo que le cayó una auditoría de la Secretaría de Administración y Finanzas.