|
"Editorial"

"Derroche electoral"

""
17/05/2018

    Editorial

     

    ¿Cuántos de los ciudadanos realmente se sienten emocionados de ver que la televisión está llena de anuncios continuos de los candidatos a la Presidencia de la República? ¿A cuántos de ellos les satisface escucharlos de nuevo cuando oye la radio? ¿Y cuántos, reconocen, con todos esos anuncios, las propuestas concretas que están presentando?
     
    ¿Hay, acaso, algún ciudadano satisfecho por la cantidad de anuncios propagandísticos que se están emitiendo durante esta temporada de elecciones? ¿Hay quienes le aplaudirán a los órganos electorales la forma en cómo se gasta el dinero público? ¿Y hay quien le aplauda a los partidos por toda esa sobreexposición?
     
    El sistema electoral en México está diseñado para eso: para el despilfarro, para la intromisión, para los anuncios carentes de contenido y abundantes en estridencia, para las pretensiones de innovación y para los mensajes que se reciclan.
     
    El sistema electoral en el País fue creado para que la forma en cómo partidos y candidatos se comunican con los electores sea evaluado a partir de la cantidad y no de la calidad.
     
    Ante ello, hay alternativas que deben considerarse para que esa cantidad escandalosa de dinero que se va a partidos y candidaturas se reduzca de manera considerable. Una de ellas, es la que propusieron el año pasado legisladores independientes, que no fue atendida por partidos políticos, impulsada por Pedro Kumamoto, denominada Sin Voto No Hay Dinero, que condiciona la entrega de financiamiento a los votos reales recibidos por los partidos políticos.
     
    Y la otra alternativa, es que haya más debates públicos. Que la confrontación de ideas e incluso los ataques entre los abanderados, se haga en espacios públicos y en igualdad de condiciones.
     
    En cada proceso electoral, el reto de las instituciones electorales siempre es hacer que la participación de los ciudadanos sea cada vez mayor. Pero ante el número de anuncios que se reparten por todos los medios posibles, la tarea se ve complicada porque con la sobreexposición lo único que genera es acrecentar el hartazgo.
     
    México necesita un nuevo escenario de participación política. Y aunque a los partidos políticos no les guste, el que han aprobado y buscan preservar ya está agotado. Y es hora de repensarlo.

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!