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"Opinión"

"Disyuntiva"

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    Lo que se ve no se pregunta. Este dicho popular se puede aplicar en forma literal a la política del solar nacional, más ahora que los partidos políticos se preparan para a entrar a la competencia por la Presidencia de la República, la elección que despierta más interés en la ciudadanía.
    La contienda va culminar el 5 de junio del año próximo y tiene una connotación especial en la historia electoral del País.
    Una serie de circunstancias pocas veces conjugadas le dan esa distintiva; diríamos que el cambio de rumbo de la Nación se va a poner a escrutinio de los ciudadanos. Dos modelos de Nación diametralmente opuestos se van a debatir. Esto reviste un marcado interés por parte de un amplio espectro de ciudadanos que pude hacer la diferencia, estableciendo un parteaguas en el País: o seguir con más de lo mismo o impulsar un cambio de verdad, esa es la disyuntiva.
    Hay una tendencia que viene robusteciéndose con fuerza, ésta plantea conformar un frente político electoral amplio, donde confluyan las diversas corrientes políticas, desde la izquierda hasta los movimientos nacionalistas preparados  para la democracia. Si se consolida ese proyecto político, el frente puede convertirse en una verdadera alternativa electoral en la elección presidencial.
    El desprestigio acumulado por el régimen actual es tal que los ciudadanos lo reprueban y rechazan con desdén; el sistema neoliberal a ultranza que se ha implementado por los gobiernos en turno, desde Salinas hasta el presente, está más que agotado.
    Si la actitud de los ciudadanos se mantiene hasta junio del año que viene, es prácticamente imposible que el partido gobernante logre mantenerse en el poder, o que le pase el cetro a algún aliado con idéntico programa económico privatizador, pero con distinta apariencia.
    Las posibilidades para la oposición hoy son óptimas, se puede lograr una verdadera alternancia con un gobierno de izquierdas, teniendo como meta central lograr una equitativa distribución de la riqueza nacional, que el País crezca en todos sus ámbitos. Y, además, a partir de esta reconstrucción nacional que atienda la agenda ciudadana que pide más fuentes de empleo, educación para los jóvenes, y terminar con tanta violencia que ha asolado a los hogares mexicanos.
    Si se logra dar el primer paso, aglutinar a las diferentes corrientes sociales y políticas de ciudadanos que se han volcado a las calles pugnando por un verdadero cambio en la conducción del País, se puede, romper los más duros obstáculos que se presenten en la contienda política presidencial.
    Los datos que arrojan las últimas encuestas son indicativos, con una sólida tendencia a la alternancia en la Presidencia de la República; asimismo, el triunfo de Donald Trump en los Estados Unidos puso de manifiesto la necesidad de elegir un Presidente que defienda la soberanía de la Nación, sin concesiones frente a los designios del imperio del norte. Eso es fundamental para el futuro del País.
    También es cosa juzgada que, con los partidos de derecha, la defensa de la Patria se pone en entredicho, la experiencia lo señala claramente, la soberanía nacional se defiende, no se negocia.
    En el mundo crece la reactivación del nacionalismo patriótico ante las tendencias expansionistas de los centros de poder y, en especial, de los Estados Unidos de América. La geopolítica a nivel mundial tiene nuevas directrices. Las naciones en vías de desarrollo postulan el cuidado de su soberanía para impulsar sus economías nacionales y protegerlas del expansionismo.
    Este es un tema complicado para examinar, pero muy claro para el caso mexicano; se debe mirar hacia adentro y abrirse a quienes quieren comerciar con justicia y apoyar siempre a nuestros aliados en Latinoamérica, la patria grande.
    Hoy es muy claro dónde y quién nos acecha. La sociedad ha estado muy pendiente de las balandronadas de Trump; se ha puesto en guardia en defensa de los connacionales inmigrantes que se encuentran amenazados de ser expulsados, sin miramientos, por el gobierno de los Estados Unidos.
    Estos y otros hechos impactan en la economía nacional. El desempleo que se tiene, tras el arribo de los deportados, se va a profundizar; pues el Estado en la actualidad no tiene la capacidad para generar los empleos que la sociedad en su conjunto demanda. Se tienen que buscar soluciones urgentes del tamaño del problema social que ello representa. Este es un desafío para el gobierno actual y el que vendrá.
    De ahí que la agenda de los candidatos a la Presidencia en 2018 va a estar muy cargada, compete al País buscar soluciones, no se puede estar dando salidas de corto plazo, se requieren soluciones de largo alcance. Pero, no coyunturales, ¿qué pasa con el voto en el extranjero, particularmente Estados Unidos? ¿Qué esperan los paisanos?
    Conquistar el voto de los connacionales radicados en los Estados Unidos va a ser crucial para los candidatos; estos votantes van a jugar un papel decisivo en la contienda, más con las situaciones que al otro lado viven.
    En general cada mexicano, esté donde esté, si tiene derecho a voto, debe pensar muy bien a quién elegir, pues el futuro presidente será determinante para saber finalmente lo que heredarán los hijos de esta tierra, si será un mundo donde no se conozca la discriminación y la pobreza, o tendrán que vivir bajo el yugo de la xenofobia y sufrir los efectos del saqueo de la Nación. No hay de otra, o se deciden por el cambio o los políticos tradicionales seguirán haciendo de la suya usufructuando la Constitución sólo en su beneficio.
     

    Lorenzo Q Terán

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