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"Editorial"

"El desafío se llama Trump"

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22/01/2017

    Editorial

    Antes siquiera de iniciar su mandato, Donald Trump ya había elegido a sus enemigos: los otros, los emigrantes, los países vecinos, los hispanos, nosotros.
    Su campaña fue un largo alegato de incoherencias, insultos y exabruptos donde los mexicanos fueron uno de los principales blancos, a los que hay que sumar a las mujeres, los inválidos, los negros, los asiáticos, en fin las minorías.
    Una actriz resumió las “guerras” de Trump en un argumento único: el magnate busca a sus contrincantes entre los más débiles.
    Como sus amigos eligió a los rusos y a los ricos, a los que pertenece, una postura que al principio escandalizó, pero que finalmente se alinea coherentemente con su estilo: no va a pelear con ningún oponente que realmente pueda hacerle frente.
    Durante el discurso con el que se presentó como Presidente del país más poderoso del mundo se cuidó de no mencionar a los que ha elegido como sus “enemigos”, se limitó a pregonar que va a premiar al pueblo, que hará otra vez grande a su país, aunque jamás explica cómo.
    No habían pasado unas horas cuando el nuevo equipo de la Casa Blanca ya se había olvidado del mesurado discurso y emitía dos comunicados recordando el famoso muro que pretende construir en la frontera, en nuestra frontera.
    Ayer la Casa Blanca retiro todas su información en español, cortando de tajo el esfuerzo que ha hecho Estados Unidos desde hace años para convertir a nuestro idioma en su segunda lengua.
    La decisión es más simbólica que práctica, pero es una declaración de intenciones, una que no abona en nada a tranquilizar los ánimos de millones de migrantes hispanos, de miles de ciudadanos de origen hispano y de los países latinoamericanos a la espera de las decisiones que tomará el magnate.
    Al cierre de sus páginas en español se suma el hecho de que el gabinete de Trump no cuenta con ningún hispano, algo que no había sucedido en más de tres décadas, una decisión que puede ser muy costosa en un país donde la primera minoría habla español.
    Hay que recordar que Trump también canceló los esfuerzos de Obama en materia ambiental y se dispone a desarmar la Ley de Salud que podría dejar en el desamparo a 20 millones de estadounidenses.
    La pesadilla comienza a tomar forma, aunque apenas estamos bajando los primeros peldaños del precipicio.

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