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"OPINIÓN"

"El efecto de boomerang"

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15/10/2017

    Cuauhtémoc Celaya Corella

    No recuerdo Inge, cuándo y dónde me enteré de la existencia de un artefacto, que cuando lo lanzas al aire, regresa al punto de donde fue lanzado. Le llaman boomerang. Pues mira que este efecto tiene aplicaciones en la conducta humana. Mi madre me decía, todo se te regresa, cuando las cosas no las hacía adecuadamente, como debía. Te comentaré por qué este tema, ahora.
    Donald Trump, en su campaña, dijo con respecto a la migración mexicana, que México enviaba asesinos, violadores y malvivientes a los Estados Unidos. Hemos visto videos del racismo que ha impulsado ese Presidente, sus burlas hacia los latinos y sus fobias hacia los nacidos en los países árabes. Siendo ya Presidente, restringió la entrada a personas de siete naciones árabes. Los acusa de terroristas, como a los latinos de narcotraficantes.
    Está viva esa falsa acusación contra los compatriotas que allá laboran, que allá cubren impuestos, que allá han hecho su vida, y que si están sin papeles que les garanticen estabilidad laboral y habitacional, es por no querer regularizarlos. Pero el trabajo de ellos ha creado su riqueza.
    Y hace dos semanas, como un efecto de boomerang a sus palabras en campaña, un ciudadano blanco, desde el ventanal de un hotel en Las Vegas, asesino a más de medio centenar de ciudadanos estadounidenses e hirió a más de medio millar, sembrando la psicosis en esa tranquila población, que está entre  las diez ciudades que más recursos recibe por concepto de turismo y juego de azar, en la unión americana.
    La acción del asesino, hizo añicos las palabras de Trump y lo golpea ahí donde les duele a los millonarios, a los políticos y a los arrogantes, en el ego personal. ¿Con que cara dirá que los musulmanes son terroristas y los latinos narcotraficantes, si el armamento sale de su propio país, donde no hay restricciones para armarse de cualquier calibre, y la poderosa asociación nacional del rifle, es su principal apoyo y a la que tanto elogia?
    ¿Cuántos féretros con gente inocente asesinada, les gritarán a su conciencia y a la de los millonarios vendedores de armas, su miopía social y su desinterés por proteger a sus propios ciudadanos? El derrumbe de Trump, poco a poco se va consumiendo y con ese derrumbe, la caída de otrora poderoso imperio económico. Cada día, un gajo del edificio que construyeron migrantes y verdaderos hombres y mujeres de bien, se desprende, dejando al desnudo a una sociedad política que le urge rehacerse, si no quiere colapsar ante el surgimiento de nuevos agentes del cambio mundial. Trump, es el inicio del fin para ellos.
    Otro ejemplo Inge, es la desconfianza de la sociedad mexicana en el sistema político y en sus agentes, los partidos y los políticos. Siguen versiones que confirman esa desconfianza. Intereses políticos secuestraron camiones con víveres que llegaban a la Ciudad de México. Nuevamente, con fines contrarios al espíritu de ayuda, etiquetaron con calcomanías de un partido los paquetes conteniendo la ayuda de muchos que, de buena fe, en la solidaridad entregaron bienes comprados con su dinero.
    El Gobernador de Morelos, el izquierdista Graco, ordenó incautar los tráileres que pasaban por Cuernavaca hacia algún destino necesitado, de tal forma que hay videos de choferes que declararon que tuvieron que rodear la ciudad capital para poder avanzar hacia donde llevaban destinados los apoyos. Mentes perversas de políticos sin moral. Ellos sufrirán el efecto boomerang en las próximas elecciones.
    Y les sucederá a los partidos, hoy enfrentados en la tragedia por ver quien atrae más simpatías a sus siglas y escudos partidistas, y no por contribuir sin distingos para favorecer a tanta población dañada y necesitada de apoyo. El efecto golpeará al PAN y al PRI, a Morena, y a los otros partidos que han querido colgarse de la tragedia del sexenio para trabajar, no sus ideologías políticas y sí en cambio, sus propósitos malsanos al saber que tienen el usufructo del poder constitucional.
    Oportunistas como Anaya, Reza, López Obrador, y los otros, que solo aparecen públicamente para demostrar su pobreza moral, nunca entendieron la dimensión de la tragedia y prefirieron esconderse con la idea de que es más el partido que los ciudadanos, falso, porque en la tragedia, los partidos no son organizaciones de interés ciudadano, las cuales tienen una sola ideología, la de ayudar y levantar al caído, la de apoyar e impulsar a quien lo arriesga todo a cambio de nada.
    Si con esas ideas pretenden competir los partidos, el efecto boomerang les golpeará en las campañas, y no habrá ni intención, ni confianza para avalar con el voto, la conducta perversa o ventajosa que mostraron, cuando el rostro social de la población no mostraba más que el esfuerzo en proporcionar la ayuda, y cuando alzaba su brazo, pedía silencio, para escuchar una vida que podía ser salvada. Que no se sientan extraños cuando en sus mítines, los jóvenes alcen sus brazos en señal de silencio, rechazando su falsa  ideología?

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