"El enredo en seguridad pública Ejército y Policía, la duplicidad"

Nadie conoce el Plan Estatal de Seguridad Pública ni los procedimientos de actuación ante emergencias que implican riesgos para la población. Peor aún, en Sinaloa todo mundo sabe que el Ejército está a cargo de las tareas de vigilancia pero ninguno tiene claro para qué sirven o qué están haciendo los cuerpos de Policía.

Es preocupante que la fuerza pública del estado y de los municipios padezca la degradación táctica que la exhibe como ornato o la subordina humillantemente a mandos que saben manejar soldados y tratan a los civiles como conscriptos. A pesar de tener encima todos los negativos que se le atribuyen, la Policía es el fundamento de la seguridad pública.

Tendría que precisarse para qué sirven los policías cuando los operativos y jefaturas son copados por militares. Ocurre que tal dualidad de funciones en vez de generar orden aporta a la confusión debido a que el punto de coordinación se ha extraviado y la autoestima de los elementos policiacos está dañada.

Por ejemplo, la accidentada apertura de la ExpoAgro 2018, evidenció el miércoles 14 de febrero que la Policía Estatal y las Direcciones de Seguridad Pública Municipal se desorientaron en cuanto al rol que les corresponde y, así de confundidos, se convierten en los primeros rehenes de movilizaciones sociales o situaciones de emergencia que entorpecen la movilidad o ponen en peligro a los ciudadanos.

Antes de que el Gobernador Quirino Ordaz Coppel llegara y encontrara a los policías allanándoles  el paso a él y su amplia comitiva de guardaespaldas, centenas de personas fueron desamparadas en un contexto de conflicto. Sorpresa: a pesar de que se avisó del bloqueo que realizarían los inconformes por el precio para sus cosechas de granos, a los encargados de la seguridad les pasó de noche.

Abandonados a su suerte los automovilistas, visitantes locales y extranjeros, agricultores y expositores se vieron envueltos en la confusión y bloqueos generados por los productores de granos del sector social que boicotearon la inauguración del evento agrícola. La seguridad se centró en garantizar el acceso del Gobernador Quirino Ordaz Coppel y al resto de los asistentes se les desprotegió.

La fila de vehículos que transportaban pasajeros o mercancías o los automovilistas que iban de paso quedaron varados en la larga fila que se formó desde el punto cerrado frente a la muestra agroalimentaria, hasta el crucero de la autopista con la carretera a Costa Rica. En medio de ese caos se vio atrapada la gente que por alguna razón tenía que estar en la ExpoAgro y optó por caminar kilómetros y dejar sus unidades en parcelas sin la protección policiaca.

Hay situaciones de lógica elemental que fueron desatendidas o bien cubiertas en la forma más inadecuada. La principal tiene que ver con descuidar puntos neurálgicos como el acceso al estacionamiento, el retorno en la autopista, las entradas a la ExpoAgro y el ingreso de personas de los dos polos del conflicto evidentemente airados.

Nada de esto fue previsto por los brillantes currículums castrenses y por fortuna la movilización campesina supo respetar a propios y extraños. Y queda ahí el descuido como tarea para que nos digan a los sinaloenses si en este tipo de situaciones, o en otras circunstancias de crisis, nos cuida el Ejército o la Policía.

Re-verso 

Su Policía, mi General,

La regó en la ExpoAgro,

Y aunque operó mal,

Hubo calma, de milagro.

Los hijastros de la SSP

Y otra muestra de que a la Policía la tratan peor que a la entenada de la madrastra del cuento de La Cenicienta es que a los elementos de la Estatal Preventiva que realizan operativos en la sierra de Concordia ni siquiera les pagan los viáticos y la quincena. ¿Quién es el responsable de tal descuido?