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"OPINIÓN"

"El Gobernador de la bicicleta"

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    Esta semana veo una foto donde el Gobernador Quirino Ordaz Coppel recorre en bicicleta las calles de Villa Juárez, Navolato, con la mano alzada en plan de saludo indistinto, difuso. A la diestra va sonriente el Alcalde de ese municipio. Atrás van unos agentes de negro y personal de seguridad fatigados, literalmente echando el bofe. En otro momento un video donde el Mandatario estatal recorre un mercado regalando tarjetas a niños, a los que pregunta si saben su nombre. Y la respuesta de uno de ello es sí: Quirino.

    Estos baños de pueblo del Gobernador se han vuelto cotidianos a lo largo y lo ancho del estado, desde ese largo interregno entre Gobernador electo y Gobernador en funciones. Denota en el detalle preocupación que sólo parece tener explicación en el resultado de encuestas de identificación, donde probablemente sigue estando bajo. Los asesores de imagen ven todavía un déficit de conocimiento, la población todavía no identifica a su Gobernador y en esa lógica están obsesionados en superarlo para generar mayor confianza.

    Viene entonces el bombardeo de fotos a la fuente donde lo mismo aparece en la calle, actos públicos masivos, mercados, abrazos, gente sonriente. Pregunto, ¿realmente ser identificado significa que la gente tiene una opinión positiva o simplemente es estadística? Me parece que la gente, a lo sumo, logra distinguirlo de otros. Nada más.

    Entonces, mantener esta estrategia de comunicación política, para ver cómo avanza la percepción del Gobernador, cuesta cantidades considerables de dinero público que podría destinarse a un mejor objetivo. Son recursos públicos destinados a asesores de imagen, prensa escrita y televisiva, operadores en redes sociales, encuestadoras que por negocio estarían interesados en mantener su trabajo.

    Más aún, me pregunto en mi desconcierto luego de haber recibido diariamente decenas de fotografías de actos públicos que me llevaron a darme de baja de la red de prensa del Gobierno del Estado, si este tipo de estrategias comunicacionales en lugar de provocar reacciones de simpatía, producen lo contrario considerándolas frívolas, dilapidadoras, obsesivas.

    En esa bicicleta al Gobernador se le ve alejado de los problemas del estado y acercándose a los niños pidiendo que lo identifiquen, un temor egocéntrico, mediático  ¿Cómo no van a conocer al Gobernador? ¡Caramba!

    Es equivocada esta estrategia de comunicación si busca ser conocido, respetado, admirado, hay otras formas más baratas, vamos, regaladas, a la mano de su escritorio. Ya diversos actores sociales le han marcado la pauta del éxito político, pero está demostrado que las decisiones que le darían visibilidad y reconocimiento público le cuestan mucho tomarlas. Se empequeñece y no reacciona ante los reclamos públicos, sigue en la bici.

    Está el gasolinazo, que entra en su tercera semana de protestas y cada día se extiende más. El pasado fin de semana se sumó Guamúchil, que había estado expectante de lo que sucedía en Culiacán, Los Mochis, Guasave y Mazatlán.

    Si bien es un asunto federal, no hay duda que los efectos son locales. Hace unos días los alcaldes tapatíos del partido Movimiento Ciudadano encabezados por Enrique Alfaro, Alcalde Guadalajara, fueron a la Cámara de Diputados para exponer el efecto que ya tiene en las finanzas públicas municipales. Se hicieron oír con cifras contundentes del daño que provoca el gasolinazo.

    ¿Acaso en Sinaloa esto no tendrá, o tiene ya, efectos sobre las alicaídas finanzas del Gobierno del Estado y los 18 municipios?  Claro que sí, y quizá más complejos y contundentes por estar muy endeudados la mayoría de los ayuntamientos. Entonces, ¿no sería una buena medida que el Gobernador vaya al Congreso de la Unión a exponer la situación de los municipios sinaloenses?

    Existe la demanda social de revisar las cuentas que dejan Malova y los presidentes municipales, porque existe la sobrada sospecha de que se fueron con los bolsillos llenos y han dejado quebradas las administraciones públicas. Cierto, todo a su tiempo. Es tiempo del Congreso del Estado, pero el Gobernador no debe ser omiso sobre cómo le entregaron las finanzas y qué medidas tomará ante el desastre económico. Javier Corral, Gobernador de Chihuahua, con una situación igualmente crítica, ha decidido montar un gran bazar de aviones, helicópteros, carros.

    Vamos, que el Gobernador haga suya la propuesta de Iniciativa Sinaloa, para que el fiscal anticorrupción surja de una terna ciudadana. ¿Porque seguir queriendo tener mano en una designación que puede dar valor a su gobierno? Si lo designa él, será simulación y se jodió la cosa. Nadie la va a tener respeto al fiscal, lo verá como un empleado del Gobernador. Sin independencia, sin ánimo de actuar en serio contra quienes lastimaron y lastiman las instituciones y el patrimonio de los sinaloenses.

    Debería recordar los saldos que dejó la administración de Malova que prácticamente llegó a los 8 mil homicidios dolosos, con un nivel impunidad superior al 95 por ciento. No puede repetirse la dosis con una fiscalía opaca.

    A Quirino Ordaz, que ganó la elección holgadamente frente a sus adversarios, sólo le votó uno de cada dos y medio. Y si lo vemos de acuerdo a la lista nominal, uno de cada cinco. Tiene un déficit de legitimidad en clave racional, de percepción, quizá eso explique los baños de pueblo.

    Esto debe explicárselo con detalle Rubén Rocha Mocha, quien regresa de nuevo a la coordinación de asesores, rol que jugó eficientemente durante el Gobierno de Jesús Aguilar Padilla, y sabe de las limitaciones de las campañas de posicionamiento que está llevando a cabo el Gobernador, como también de la imperiosa necesidad de pronunciarse sobre los temas que están en la cabeza de los ciudadanos de a pie.

    Los de corrupción, impunidad, y quizá la expectativa que tienen muchos de los actuales funcionarios de los gobiernos de seguir haciendo lo mismo, y es que la cultura política no cambia con la frase que expuso en la toma de posesión: “Si alguien viene a enriquecerse, que renuncie de una vez”, sino haciendo valer la Ley, estar en sintonía con la calle y la reivindicación de los intereses de los sinaloenses.

    En definitiva, no es con la bici y con entrega de tarjetas ilustradas como logrará un buen conocimiento y reconocimiento, sino corriendo riesgos como hoy lo exigen los sinaloenses, que están en pie de lucha en la calle contra el gasolinazo, las demandas de organizaciones ciudadanas, la reelección en la UAS.

    Así de sencillo, ¿para qué tanto baño de pueblo?

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