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@rodolfodiazf
Se llama hábito talar a la vestimenta de clérigos, monjes y ministros religiosos. Hábito, porque es el ajuar propio y acostumbrado con que se revisten para celebrar ritos y sacramentos, además de ser signo de humildad y renuncia al mundo, ya que sirve para diferenciarse y no imitar las modas que se siguen en el mismo. Talar, porque es una vestimenta larga que cubre hasta el talón.
Hay personas que no usan hábito talar, pero sí tienen el hábito de talar indiscriminadamente. Recuérdese que a la acción de cortar un árbol también se le llama talar, porque, de acuerdo a la segunda acepción que marca el diccionario de la Real Academia Española, es “cortar por el pie un árbol o una masa de árboles”.
La tala inmoderada de árboles es un problema de grave impacto ambiental, porque la deforestación rompe el equilibrio existente en la naturaleza y amenaza seriamente la supervivencia del ser humano. Si se tala un bosque no se afecta solamente a la región donde se efectuó esa devastación, pues sus efectos son globales e inciden en la salud del mundo.
No se debe olvidar que los árboles reciben el nombre de pulmones del planeta, porque realizan la importantísima labor de purificar el aire absorbiendo las concentraciones de dióxido de carbono, las cuales se han incrementado notablemente en los últimos años erosionando la riqueza ecológica.
Si la tala de bosques es nociva, no lo es menos la tala inmoderada que se realiza en las ciudades, como acaba de suceder en el centro histórico de Mazatlán (y aconteció en Culiacán con el par vial de Aquiles Serdán, pues se derribaron varios árboles sin ser sustituidos), en donde no sólo cayeron árboles sino hasta una funcionaria.
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