"El sentido del ayuno"

En este tiempo de Cuaresma se invita a ejercer con mayor rigor algunas  prácticas consideradas idóneas, como son ayuno, abstinencia, limosna y oración. Estas prácticas son muy antiguas, pero en muchas ocasiones se realizaban nada más por cumplir, sin un verdadero espíritu de arrepentimiento, cambio y transformación.

En el libro del profeta Isaías se reproduce una queja que hizo el pueblo a Dios: “¿Por qué ayunamos, si tú no lo ves? ¿Para qué nos humillamos, si tú no lo sabes?”. Pero, Dios respondió que ese ayuno formal, sin amor al prójimo no tenía ningún sentido: “Es que el día en que ayunaban, buscaban su negocio y explotaban a todos sus trabajadores. Es que ayunan para litigio y pleito y para dar de puñetazos a malvados. No ayunen como hoy, para hacer oír en las alturas su voz”.

Y todavía fue más preciso: “¿Acaso es éste el ayuno que yo quiero el día en que se humilla el hombre? ¿Había que doblegar como junco la cabeza, en sayal y ceniza estarse echado? ¿A eso llaman ayuno y día grato a Yahveh? ¿No será más bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los lazos de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, y arrancar todo yugo? ¿No será partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin hogar recibir en casa? ¿Qué cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu semejante no te apartes?” (Is 58,3-7).

En la red circula un mensaje sobre el mejor ayuno atribuido al Papa Francisco, como si lo hubiera pronunciado este año. Sin embargo, ya circulaba en 2015 y no he podido comprobar que sea realmente del Papa, pero invita a mostrar compasión y eliminar conductas agresivas.

¿Practico correctamente el ayuno?