"El tiempo de la retrotopía"

Ayer hablamos de la importancia del pensamiento utópico como trampolín que utiliza el ser humano para superar sus equivocaciones, retrasos e incapacidades. Sin embargo, no solamente ha configurado utopías, también antiutopías, como las propuestas en la obra Nosotros, de Evgueni Zamiatin, en 1924; Un mundo feliz, de Aldous Huxley, en 1946; George Orwell propuso 1984, en 1949, y Rad Bradbury, Farenheit 451, en 1954.

El recientemente fallecido Zygmant Bauman acuñó otro concepto, retrotopía (búsqueda de la utopía en el pasado), para indicar que actualmente las utopías han perdido su función orientadora hacia el futuro, porque éste resulta sórdido, gris, vacío y sin esperanza. Existe el temor de que los hijos no encuentren trabajo, pierdan el empleo o hereden una vida precaria. Además, se percibe el riesgo de que los robots desempeñen mejor muchísimas tareas y el trabajo del ser humano se torne fatuo e irrelevante.

“Resulta prácticamente inevitable que respiremos una atmósfera de desasosiego, confusión y ansiedad y la vida sea cualquier cosa menos agradable, reconfortante y gratificante”, manifestó.

El futuro no es nada halagador, por lo que se debe volver la mirada al pasado para rescatar lo valioso petrificado en sus páginas, con el propósito de encabezar una urgente cruzada y  actualizarlo con la depuración requerida.

Ante el difícil preludio que caracteriza a la nueva era, Bauman subrayó la importancia de organizar una eficiente y armónica preparación.

“Debemos prepararnos para un largo período que estará marcado por más preguntas que respuestas, y por más problemas que soluciones (...) Nos encontramos (más que nunca antes en la historia) en una situación de verdadera disyuntiva: o unimos nuestras manos o nos unimos a la comitiva fúnebre de nuestro propio entierro en una misma y colosal fosa común”, enfatizó.

¿Uno fuerzas para afrontar la retrotopía?

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@rodolfodiazf