"Es tiempo"

La frase es del Gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, mejor conocido como “El Bronco” y está dirigida al Presidente electo de Estados Unidos, ese que comienza a convertirse en la nueva pesadilla de los bolsillos mexicanos.

“Es tiempo de que alguien le diga a Trump que no nos asusta”, dijo sin pelos en la lengua el Gobernador del estado norteño.

Esta semana, para ser precisos el próximo viernes asumirá el poder el más polémico de los presidentes estadounidenses en su historia, y lo hará mientras escribe en su Twitter una andanada de salvajadas, acabando con la tradición de los líderes del país más poderoso del mundo, aquella que imponía un estricto control de lo que decía o hacía el habitante de la Casa Blanca.

Desde el viernes en adelante el que hable no será Donald Trump, será Estados Unidos, y lo hará protegido por el ejército más poderoso del planeta y la economía más grande y conectada al resto del mundo.

Aunado al poder que da sentarse en la oficina oval, Donald Trump llega al poder en la era de las comunicaciones, donde las redes sociales harán que cada una de sus frases tenga un eco sin precedentes.

Trump aparece también en una época donde el mundo ve con preocupación el ascenso de una nueva China y de una Rusia desesperada por recuperar la grandeza que alguna vez tuvo como Unión Soviética, en esa confrontación entre colosos México parece ocupar un espacio extremadamente delicado.

Durante años nos acostumbramos a sentirnos protegidos bajo el manto de Estados Unidos, nuestras decisiones a nivel internacional estaban marcadas por ser socios del más poderoso, incluso firmamos un acuerdo comercial que nos convirtió en socios.

Pero las cosas han cambiado con Trump, resulta que el señor nos ve como un problema, no como los socios que han permitido que las economías de toda la zona hayan crecido como lo han hecho.

Toca sentarse y mirarlo a los ojos y dejarle en claro que no somos parte del problema sino de la solución, el problema es que no tenemos al frente a alguien que se pueda sentar frente a él, nuestros líderes actuales están lejos de ser capaces de siquiera mirarlo a los ojos, mucho menos de decirle que no nos asusta.

Es tiempo de buscar a lo mejor de México y ponerlo frente a un Presidente de Estados Unidos que no escucha, que no ve y que quiere regresar el tiempo, cuando todos sabemos que eso es imposible.