"Evangelizar desde la periferia"
@rodolfodiazf
La Buena Nueva de Jesús es un mensaje de salvación para todos los hombres; sin embargo, privilegia a los pobres, humildes y desamparados. La carne herida es terreno fértil para que prenda la semilla de la fe.
María de Guadalupe no escogió el centro político o religioso para manifestarse; eligió la periferia y a un humilde indígena como emisario. Los rasgos y simbolismos que adoptó no fueron los de la clase dominante, sino de los pobres y excluidos.
Con la misma solicitud con que acudió a servir a su prima Isabel y estuvo atenta a la falta de vino en las bodas de Caná, escuchó también el clamor del pueblo mexicano. Ésa es la dinámica escogida por Dios: encarnarse en la debilidad.
“La misión de Cristo no parte de Jerusalén, es decir del centro religioso, social y político, sino de una zona periférica, despreciada por los judíos más observantes”, dijo el Papa Francisco.
“Partiendo de Galilea, Jesús nos enseña que nadie está excluido de la salvación de Dios, más bien, que Dios prefiere partir desde la periferia, de los últimos, para alcanzar a todos. Nos enseña un método, su método, que expresa el contenido, es decir la misericordia del Padre”.
“También nosotros estamos inmersos cada día en una ‘Galilea de los gentiles’, y en este tipo de contexto podemos asustarnos y ceder a la tentación de construir recintos para estar más seguros, más protegidos. Pero Jesús nos enseña que la Buena Noticia no está reservada a una parte de la humanidad, hay que comunicarla a todos. Es un buen anuncio destinado a cuantos lo esperan, pero también a quienes, tal vez, ya no esperan, y ni siquiera tienen la fuerza de buscar y de pedir”, expresó.
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