"Guerra guerra en el monte, en el valle"

En mi artículo anterior mencioné una advertencia del historiador Timothy Snyder: cuando un tirano llega al poder, se sirve de un ataque o una amenaza real o percibida para crear recelo y pánico, para disminuir las libertades civiles, y para abrir fuego. Esto se ha hecho innumerables veces en la historia: buscar una excusa para entrar a un conflicto en el que se desea participar. Así fue el hundimiento del Lusitania para que EEUU pudiera entrar a la Primera Guerra Mundial, o el Incidente del Puente de Marco Polo —una balacera inconsecuente— que Japón usó para invadir China en 1937. Snyder dice que el incidente en cuestión “normalmente es misterioso o tiene causas que nunca se esclarecen del todo”, pero aunque se lleguen a esclarecer más tarde, el daño está hecho, pues ya sirvió como excusa para justificar la guerra. Para los fans de las teorías de conspiración: el incidente no tiene que ser provocado de forma directa, y de hecho es resultado de la inacción y la propaganda; esto es, se permite que una situación tensa explote para poder aprovecharla, mientras que el aparato propagandístico ha estado haciendo su tarea rutinaria de demonizar al deseado enemigo. Con todo esto, ¿ya le suena de algo la situación actual en Siria?

No es controvertido afirmar que EEUU tiene una obsesión y una dependencia continua de su máquina de guerra; el Presidente Dwight Eisenhower llamó la atención sobre este hecho y sobre el peligro que representa cuando se desborda, en su discurso de despedida en 1961. Desgraciadamente, su advertencia cayó en oídos sordos: la guerra ha sido buscada con éxito en todo el mundo por intereses geopolíticos, económicos e incluso cuando la moral decae al interior del país o cuando hay escándalos mayúsculos. Este último caso fue satirizado de forma genial en la película de 1997, Wag the Dog, con Robert de Niro y Dustin Hoffman.

Nuestro incidente es el ataque con armas químicas en Siria; un hecho que dista mucho de lograr consenso en cuanto a cómo se provocó. Pero la respuesta de EEUU, emproblemado al interior y al exterior, fue una acción de guerra inmediata. Sean Hannity, un infumable apologista televisivo de Trump, se regodeó diciendo “¡América está de regreso!” Vemos que el Pentágono está retomando su poder tras hacerle ver a la administración que no deben meterse donde no saben, y que estuvo maniatado durante la era de Obama. Los siguientes días serán tensos: Rusia y China no están contentas en lo más mínimo.

El autor es académico ExaTec y asesor de negocios internacionales radicado en China

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