"Horario de verano, ¿importa? La bandera de los holgazanes"

Todo indica que está por caer la expectativa insulsa de sacar a Sinaloa del horario de verano,  curiosidad que desde noviembre de 2016 planteó Héctor Melesio Cuén Ojeda al Senado de la República. No es catastrófico, por supuesto, aunque sí es de lamentar que 262 mil firmas se desperdicien en querer destruir molinos de viento.

Con el respaldo de casi un cuarto de millón de sinaloenses se podrían obtener cosas mejores, tales como lograr que las tarifas eléctricas se ajusten a las posibilidades de pago de los usuarios del servicio, empujar alguna iniciativa para que las universidades públicas transparenten en verdad el uso de recursos públicos y obligar al Legislativo a que se asuma como representación popular.

Significan también 262 mil votos que harían ganar o perder elecciones, si es que la gente que firmó se comprometió realmente con algo. Vale cuestionarlo, sin aspavientos, porque se da a entender que a la sociedad sinaloense le acongoja más el hecho de retrasar o adelantar una hora el reloj, en lugar del insomnio diario por vivir en el Sinaloa violento.

Bien puede Sinaloa salir del horario de verano y no pasa nada. Levantándose temprano o tarde, los criminales, corruptos o políticos marrulleros seguirán operando a sus anchas porque la partidocracia se preocupa más por la hora de sueño que le quitan a la población y no por la vida, bienestar y recursos públicos que le arrebatan.

La iniciativa de eliminar el horario de verano, presentada por el Partido Sinaloense y abanderada por Héctor Melesio Cuén Ojeda, es populismo puro. Se cautiva a la sociedad con algo etéreo, sin beneficios, como estrategia para evadir la discusión y las soluciones de lo fundamental. Así es la nueva conquista en México: espejitos de saliva a cambio del oro del voto.

Si bien es cierto que la aprobación o rechazo de la iniciativa cuenista no es asunto finiquitado, pues la falta de quórum en la sesión del 16 de marzo significa que habrá de retomarse el tema en el Senado, existen elementos del ámbito local que influirán en la determinación final.

El Gobernador Quirino Ordaz Coppel, quien había estado al margen de ese debate, consideró que la lucha debe enfocarse a que la Comisión Federal de Electricidad implemente tarifas más bajas para Sinaloa, postura que la iniciativa privada, a través de su dirigente Enrique Pun Hung, apoyó al plantear desventajas comerciales y financieras porque implica desfasar el horario de Sinaloa dos horas respecto a la capital del País.

Tal vez para Cuén y su partido sea electoralmente más rentable blandir la espada política contra el horario de verano y no guerrear con el mismo ímpetu en cuestiones que agravian más que retrasar o adelantar una hora en el reloj. La corrupción, inseguridad y la reforma energética son, a lo lejos, problemas más graves para los sinaloenses.

La holgazanería partidista ha abandonado la ruta hacia lo fundamental debido a que la lucha por auténticas causas sociales  es dura, prolongada y carece de botín económico alguno. Es por eso que Cuén y el PAS, al ver el vacío que dejaron otros, se apoderan de la entelequia del reloj loco y olvidan que un pueblo históricamente madrugador, al que nunca se le pegan las sábanas, no desperdicia energías en alimentar apetitos de poder insanos.

Y con o sin horario de verano, con o sin Cuen, con 260 mil firmas o más, la ciudadanía sinaloense se mantendrá en primera línea de las trincheras que valen la pena. La cuestión no es dormir más; es despertar ya.

 

Re-verso

Qué propósitos extraños,

De dormir lo no dormido,

Si cala el tiempo perdido,

Por no despertar en años.

 

La desidia avisa

Hasta que suceda una tragedia de mayores dimensiones, que por fortuna el horario evitó en la plaza comercial Lemaz del sector Tres Ríos, entonces el Ayuntamiento de Culiacán se preocupará  por verificar las condiciones de seguridad en lugares de alta concurrencia humana.

alexsicairos@hotmail.com