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"Opinión"

"Inmorales, inmorales, inmorales"

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25/04/2017

    Joel Díaz Fonseca

    Carlos Salinas de Gortari ha sido, sin lugar a dudas, el Presidente más odiado de México, y también el que más influencia ha tenido, y sigue teniendo, en los gobernantes que le han sucedido, incluidos los dos del PAN.
    Sus enormes orejas, su bigotito recortado, su falta de pelo, su mirada penetrante y escrutadora, pero sobre todo su astucia y la calculadora frialdad con la que nos despojó de nuestros activos, dejándonos con los puros pasivos, motivaron sin lugar a dudas a que se le endilgara el mote de “Chupacabras”. Nos chupó hasta el tuétano.
    Esporádicamente aparece en público con declaraciones que sorprenden, no por deslumbrantes o iluminadoras, sino por su desfachatez y su necedad de querer seguir viéndonos la cara.
    Este sábado participó el ex Presidente Salinas de Gortari como orador principal en un foro que organizó la Conferencia Latinoamericana de Estudiantes de la Harvard Kennedy School, en Massachussetts, donde afirmó que nuestro País enfrenta tres problemas importantes, los que describió como de las “íes”: inseguridad, injusticia e insuficiente crecimiento económico.
    No descubrió el hilo negro. Desde hace mucho los mexicanos sabemos eso. Casi ocho décadas de gobiernos priistas, con el añadido de doce años de gobiernos fallidos del PAN, son la causa de lo que CSG nos presenta como sorprendente revelación.
    A diferencia de las tres íes que él advierte, yo veo mucho más de tres causales del desastre mexicano que inician igualmente con “i”. La lista es i-nterminable. Para empezar, el i-nnombrable fue uno de los principales artífices de la crisis que padecemos.
    Por el manejo i-rresponsable de la economía por parte de presidentes de la República y prácticamente todos los gobernadores es que tenemos una deuda i-mpagable.
    Padecemos una asfixiante i-nseguridad porque no hay voluntad política para combatirla, o por la complicidad de las autoridades con los grupos del crimen organizado, que se dan el lujo hasta de decidir quién o quienes deben asumir los diferentes gobiernos y mandos. Los que mejor les acomoden, obviamente.
    La i-nmoralidad, la i-mpudicia y la i-ndecencia son características de los modos de gobernar de la i-nmensa mayoría de los gobernantes salidos de ese y de otros i-nstitutos políticos. Cualquier entidad a la que miremos tuvo o tiene un gobernador enriquecido con base en el saqueo a las arcas o mediante jugosas “mochadas” de proveedores, constructores, etc., y gozan de la aberrante i-mpunidad que los vuelve i-nalcanzables para el brazo de la justicia.
    Pero eso no lo ve el ex Presidente, o prefiere no verlo. Solo ve tres “íes”, pero finge no darse cuenta que son las tres “íes” de inmorales, inmorales, inmorales.
    La permanencia y la influencia de personajes como Salinas de Gortari en la política y en la vida económica y social de nuestro País no se explica sin el síndrome de la falta de memoria que padecemos los mexicanos y la propensión de los sectores económica y socialmente importantes a adular y aplaudir a aquellos que pueden ser su picaporte para entrar al mundo de la fantasía, a ese mundo donde pueden hacer dinero fácil y a manos llenas, o ganar inmunidad para sus empresas.
    Pedro Chapa Salinas, editorialista del periódico El Mañana, de Nuevo Laredo, describió ese fenómeno de una manera más que entendible en un artículo de septiembre pasado, titulado El innombrable, el verdadero peligro para México:
    El innombrable, como se le conoce en el argot político nacional, fue invitado, en el marco del ciclo de conferencias “Era Princes Familiar 2016”, por el Grupo Autofin, a dictar una conferencia en el puerto de Acapulco que intituló: “El ejercicio del poder y sus implicaciones”.
    “El resultado de su disertación fue, para sorpresa de muchos”, anota el articulista, “una ovación de pie por parte de los ahí presentes, la mayoría empresarios, banqueros, políticos y ex funcionarios públicos, que una vez concluido el evento lo adularon, se acercaron para tomarse “selfies” y le pidieron su autógrafo”.
    Nada que no hayamos visto. Empresarios, funcionarios y ex funcionarios, líderes sociales buscando estar lo más cerca posible de los gobernantes y políticos importantes e influyentes del momento, buscando aparecer en la foto, buscando colarse en sus equipos de trabajo.
    No importa que aquellos a quienes buscan acercarse tengan un oscuro pasado. Brota fácil el aplauso zalamero, les gana la impaciencia por estar en primera fila. No hay memoria en esos círculos.

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