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"Opinión"

"¿Así, o más cínicos?"

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14/02/2017

    Joel Díaz Fonseca

    “Ninguna actividad le repugna: será patrón de una taberna y, si es necesario, encargado de un burdel, pregonero e incluso, si se quiere, recaudador de impuestos. Ladrón, habituado a las comisarías y a los guardias civiles, a menudo se lo encuentran locuaz, en la plaza pública, a menos que se convierta en abogado de todas las causas, aunque sean las más indefendibles. Prestamista con fianza, tiene además la soberbia de un famoso y no cuesta mucho imaginarlo. Para completar el cuadro, no olvidemos que el cínico deja, sin sentir vergüenza, que su madre se muera de hambre”.
    Esto escribió Teofrasto, un filósofo de la Grecia antigua, sobre los seguidores de la doctrina del cinismo, fundada por Antistenes, discípulo de Sócrates, en la segunda mitad del siglo cuarto antes de Cristo.
    La descripción que hizo Teofrasto del cínico pareciera haber sido hecha hoy con referencia a nuestra clase política, que, con sus raras excepciones, está siempre dispuesta a hacer lo que sea para mantenerse en el círculo del poder y seguir disfrutando de sus mieles.
    Nuestros nunca bien ponderados legisladores (federales y locales) han dado muestras claras de que para ellos están primero sus intereses personales y familiares y los de su partido, que los de la sociedad.
    Son capaces de rasgarse las vestiduras, fingiendo que comparten las tribulaciones de la sociedad, pero a la hora de las definiciones se van por la vereda de la comodidad, alejados de cualquier compromiso.
    Tenemos ahora a los integrantes de esa casta dorada que conforman el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Los sufridos magistrados no saben moverse en un vochito o en un tsurito, o en cualquier otro vehículo austero, incluso de segunda mano como lo hacen millones de mexicanos. No, estos señores tienen que tener a su disposición vehículos de más de 800 mil pesos, si no, no trabajan, faltaba más.
    Se acaba de conocer que la Sala Superior del TEPJF compró el 19 de diciembre pasado 5 camionetas: dos Chevrolet Tahoe, con valor de 897 mil 300 pesos cada una; dos Chevrolet Suburban, cuyo costo unitario es de un millón 36 mil 300 pesos y una camioneta General Motors, Acadia, de entre 680 mil y 750 mil pesos, para uso y disfrute de cada uno de sus miembros.
    En total fueron 4.5 millones de pesos lo erogado por el Tribunal para reponer las unidades usadas por sus antecesores, quienes al parecer se llevaron a su casa los que tenían a su disposición. ¡Qué chulada!
    Pero el cinismo de los ministros del TEPJF (cabe aclarar que dos de los cinco magistrados no aceptaron los nuevos vehículos) no para ahí. La Magistrada presidenta de la Sala, Janine Madeline Otálora Malassis (así se llama), manifestó muy orondamente que ellos no van a aplicar medidas de austeridad en lo que respecta a sus percepciones.
    Manifestó que sus sueldos (380 mil 406 pesos netos al mes, más gratificaciones anuales) están determinados en el Presupuesto de Egresos, definido por el Poder Legislativo, y se establecen por el Comité Homologador, dentro del Poder Judicial de la Federación, por lo que no ve ninguna razón para que se haga un recorte.
    Eso sí, en el gasto operativo en breve se verá, según explicó, qué ajustes se pueden hacer, que seguramente serán mínimos.
    Para la clase dorada no hay crisis. Se dan golpes de pecho y se rasgan las vestiduras fingiendo estar del lado de los millones de familias mexicanas que viven en una situación económica muy difícil, pero solo de dientes para afuera. Y creen que aún pueden engañarnos con sus discursos y sus arengas.
    El domingo, en relación con las marchas de protesta en contra de Donald Trump, el Senador Emilio Gamboa Patrón se aventó su arenga dominical: “México es un gran País y su principal riqueza es su gente, no debemos permitir que nada ni nadie nos divida”.
    El líder de la bancada priista en el Senado no oculta que la política de agresiones del Presidente estadounidense “es una gran oportunidad para demostrar, con mutuo respeto y dignidad, de lo que somos capaces los mexicanos para superar las decisiones que pretenden afectar a nuestros paisanos que viven en el extranjero”.
    Yo, como seguramente muchos de ustedes, entiendo que se refiere a que es una oportunidad inmejorable para el Presidente Enrique Peña Nieto y su partido para desviar la atención de los problemas nacionales.
    Pero el Senador finge demencia con respecto a la inconformidad generalizada por el gasolinazo y el encarecimiento de la canasta básica. De esto nada dice ni arenga a movilizarse.
    Bien dijo Teofrasto, a los cínicos ninguna actividad les repugna. Nuestros políticos son capaces de hacer lo que les pidan o les ordenen para poder seguir viviendo del erario.
    Y qué triste es ver que también hay hombres de empresa, de quienes se esperaría una actitud férrea en contra de las corruptelas, dispuestos a dejarse usar, como soldados del sistema en todos los niveles.
    Cinismo y servilismo terminan pareciéndose.
     

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