"La inflación real"

 

El Banxico dice que la inflación al final de 2017 andará cerca del 5 por ciento, Inge, pero como su Gobernador ya anunció que para noviembre, creo, se irá a una sede de un banco internacional, como que ya no le interesa en que dígito ande dicho indicador, total, él está y estará muy lejos de verse afectado por el incremento de precios. Así que para actualizarme en tema, consulté con Cayetano.

Cayetano es un administrador de un puesto de revista en el centro de la ciudad. Ahí por la Avenida Rafael Buelna, todos los días, a excepción cuando llega algún ciclón, ahí te lo encuentras y encuentras personajes que relatan casos del Culiacán de ayer y de hoy, de política y de otros temas que, resultan refrescantes ante las temperaturas extremas con las que jugamos y vivimos en Culiacán.

¿Qué tal Cayetano?

¿Qué tal maestro? Hace tiempo que lo traigo perdido, ¿Dónde se ha metido? Ya no viene al café por estos rumbos. Fueron los saludos de entrada.

Los horarios universitarios ya no lo permiten. ¿Cómo van las ventas?

Malas, esto ya no es como antes, se sostienen pero nada más, respondió. ¿Pero cómo? ¿No lee la gente? 

Pues si lee, pero ya no es igual, yo recuerdo otros tiempos, alcanzaba, en un buen día, vender hasta los seis mil pesos.

¿Y ahora? ¿Será la inflación que ha golpeado al lector?

Sí, eso es, la gente sigue leyendo pero ya no gasta, no tiene, el gobierno no le deja respiro. Yo antes entraba al súper con quinientos pesos y me alcanzaba bien, ahora, con ochocientos, y apenas salgo, y movía su mano derecha a ritmo de vaivén, para indicarme el más o menos. Mire, me dijo, yo recibía 50 periódicos, y era raro que devolviera, hoy he llegado a devolver en ocasiones hasta veinte. Y de los diarios nacionales me traían 30 e igual, y hoy me traen solo veinte y pa’tras entre cinco y diez. Está muy difícil.

Pero tu puesto siempre está muy surtido. Por ejemplo, veo que tienes muchas revistas Hola, debes de venderlas. No se crea, me dejan veinte, y mire, y las contó, tengo catorce y, ya vendrán con la nueva, seguro que voy a regresarlas. Y es que la revista ha subido y la gente, puede ganar más, pero le alcanza para menos. Además, yo pregunto ¿qué pasa? y algunos me dicen que leen por Internet, otros que no les queda para comprar revistas que eran de su preferencia. Esta, por ejemplo me dice, enseñándome una de circulación nacional, ya cuesta 75 pesos, y ya la piensa el que compra.

Entonces le dije, ¿Esto va en picada?

Pues a mí sí me ha pegado, se supone que hay más gente, más variedad, y verifico mis ventas de 2003, por ejemplo, y sigo vendiendo lo mismo en cantidad, y de 2003 a ahora, por el incremento del precio, yo debería ingresar más, y no es así, ¿Qué quiere decir eso? Y él mismo se responde, que vendo menos.

Me despedí, mientras un señor de una camionetita le gritaba: Cayetano, dame La Jornada de hoy y la del viernes.

Y al cruzar la calle pensaba que no era bueno lo que sucedía, que la gente deje de leer, no es bueno. Pero también creo que los parámetros han cambiado, y que eso viene desde la escuela básica, en donde le han creído a la reforma, e inculcan la creencia de que el profesor Google tiene toda la información, y que es el que enseña. Podrá con eso reducirse el nivel de ignorancia que todos en algún tema del saber tenemos, pero dista de ser un aprendizaje significativo. Los estudiosos de maestría y doctorado en temas sociales, deberían tomar este problema y llevarlo a nivel de tesis, para obtener alguna conclusión que ayude.

La educación básica en sus seis grados y en los tres de secundaria, debería obligar al niño y al jovencito a leer todos los días, en el aula y en casa, y dejarse de la falsa creencia que todo es matemáticas, computación e inglés. Si la lectura fuera un hábito, habría la forma de arreglárselas, aún con el nivel de inflación, porque el uso del celular, que vuelve al ser dependiente, hace que se compre tiempo aire, todos los días a toda hora. Para eso, el índice de inflación no le pega.

Pero de que anda mal la educación, anda mal Inge. Bueno, a lo mejor me excedo, dejémosle en deficiente, y comenzando con el maestro, que no lee, por tanto, no puede ser buen ejemplo.

Así entonces, con ese botón de muestra se puede estimar que la inflación real es y será mayor que la que el Banxico pronostica para 2017. ¿Cuántos como Cayetano harán sus propias estimaciones y saben de primera mano que el dinero no alcanza para muchos satisfactores de diversos grupos sociales, sobre todo los vulnerables, a quienes día a día se les van recortando las posibilidades de progresar y mejorar?

Eso hace que a la lectura la cataloguen como algo superfluo, cuando sabemos que es la vereda más segura para el aprendizaje. ¿Sí o no, Inge?

Si esto se generaliza en la nueva generación, debo creer que ¿los tiempos próximos, cuando los ahora no lectores lleguen a las empresas, a las aulas, a la política, a la religión, serán peores tiempos que estos que vivimos ahora? Hay que hacer algo ya Inge, por lo menos empezar a leer, aun a pesar de la inflación.

celayacorella@hotmail.com