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"Opinión"

"La ingeniería del Frente y sus consecuencias"

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13/12/2017

    Carlos Elizondo Mayer-Serra

    El recién acordado “Por México al Frente”, es el resultado de una muy compleja negociación política. Cuando el 20 de junio se anunció la intención por parte del PAN, PRD y MC de buscar una coalición electoral me pareció un sueño guajiro. Hace una semana parecía que Mancera la había reventado. Desde la oposición, contra los deseos de un Gobierno que hizo mucho para sabotearla, los tres partidos que conforman el Frente tendrán candidaturas comunes en todos los puestos de elección popular federales y la gran mayoría de los estatales.
     
    Le quitaron el apellido ciudadano, porque nada quedó de ese esfuerzo. Es un reparto de cuotas por partido. Tan extrema, que la candidata a Gobernadora para el estado de Puebla parece será la esposa del ex Gobernador de la entidad, Rafael Moreno Valle. La única forma que encontraron para evitar un dedazo obsceno en las candidaturas presidenciales y la del de Jefe de Gobierno de la CDMX, fue dejar que cada partido escogiera el método para seleccionar a su candidato.
     
    En el caso del PAN ya están claras las reglas, los panistas empadronados podrán votar. Ricardo Anaya será el candidato. En el caso del PRD no he visto aún las reglas. Pero se ve difícil que Salomón Chertorivsky o Armando Ahued, tengan los apoyos para derrotar a Alejandra Barrales. Ya se verá.
     
    En oposición a la más longeva campaña de la historia del País, la de López Obrador, y el gran ejercicio de relaciones públicas que fue el destape por parte de Peña Nieto, ahora viene el esfuerzo del Frente de atraer al electorado con un candidato joven, hábil, rápido en el debate, con perfecto inglés y francés y que aspira a convertirse en el Macron mexicano. Anaya ha mostrado capacidad estratégica y táctica para remontar grandes obstáculos y conseguir todo lo que habría querido desde el inicio. Se le acusa de ser ambicioso, pero un político tiene que serlo si quiere llegar a algún lado. En el camino acumuló muchos enemigos que hoy están muy enojados. Deberá ahora de convencer con argumentos novedosos a los electores.
     
    Me gusta tener en la boleta una tercera opción, aunque no entiendo el lema de Por México al Frente. ¿Las élites de los partidos nos dicen que se pusieron al Frente para ayudar a México? Muy generosas. Veremos si pega. Una elección entre el miedo a López Obrador y el rechazo al PRI me parecía iba a devaluar el debate y la importancia de tener una propuesta adecuada para el País en los tres temas centrales: seguridad, corrupción y crecimiento económico realmente incluyente. 
     
    Falta saber qué le importa y atrae al electorado. La encuesta de Jorge Buendía posterior al destape de Meade publicada en El Universal la semana pasada, muestra que éste, contra lo que muchos esperaban y algunas encuestas poco serias incluso anunciaban, la aplanadora mediática del destape no ha ayudado a mejorar las intenciones de voto a favor del PRI. Éste sigue en el tercer lugar en las preferencias del electorado y con un rechazo por parte del 61 por ciento de los encuestados. Si bien Meade es ya más conocido y subió la percepción positiva que se tiene de él, en casi la misma proporción subió la percepción negativa. 
     
    Un impacto importante del Frente en la conformación del siguiente Gobierno puede estar en el Senado. Dada la fórmula como elegimos senadores, donde el partido con más votos en un estado se lleva dos senadurías, y el segundo lugar una, si al Frente le va bien, podrá desplazar al PRI como gran ganador de esa fórmula. En el 2012 el PRI obtuvo la mayoría para el Senado en 18 estados. El Frente puede llevarse más senadurías que cualquier otro bloque. Con ello el PRD podrá tener una representación muy superior a su intención de voto hoy. Nadie sabe si luego romperán con el Frente y apoyarán a alguien más.
     
    En la repartición de las candidaturas para el Senado, Cámara de Diputados y otros cargos de elección popular, cuyos detalles aún no sabemos, está también una potencial debilidad del Frente. Para lograr retener la candidatura a la Presidencia, el PAN cedió espacios en localidades donde más de un panista se va a sentir desplazado. Hasta que no se haya repartido el pastel completo ningún partido puede sentirse seguro de haber mantenido la unidad, o en el caso del PAN lo que queda de ella, después de la salida de Margarita Zavala, quien seguramente logrará las firmas para conseguir una candidatura independiente. 
     
    Al PRI y a Morena también les falta repartir el resto del pastel. En el caso del PRI hasta ahora le ha dado las dos candidaturas repartidas, la Presidencial y la Jefatura de Gobierno de la CDMX, a quienes presumen de no ser militantes de ese partido.
     
    La baraja para la Presidencia ya está casi completa. Sin embargo, falta aún mucho para poder anticipar el desenlace de este proceso electoral. Lo más importante en los siguientes tres meses es quién se consolida como la alternativa a López Obrador, si Anaya o Meade, y si López Obrador sostiene lo que hoy parece ser una amplia ventaja.
     
    @carloselizondom
     
    Profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey

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