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"OBSERVATORIO"

"La Obregón, gran negocio. Un timo llamado Par Vial"

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OBSERVATORIO

    Le resultó fácil a Sergio Torres Félix asignar e incrementar el costo en 12 millones de pesos, en un mismo día, en la obra de remodelación de la avenida Álvaro Obregón, misma que se cimentó en la desconfianza e inconformidad de los ciudadanos. Le fue cómodo porque hasta hoy nadie lo ha llamado a rendir y saldar cuentas.

    ¿En qué sistema de transparencia o esquema anticorrupción se puede operar en cuestión de horas que se emita el fallo, se firme el contrato y se determine aumentar en un 16 por ciento la inversión originalmente estipulada? En Culiacán se pudo durante los tres años en los cuales esta ciudad fue la capital de la corrupción. 

    Se corroboró ayer aquello que el olfato ciudadano oteó hace un año al implementarse el Par Vial, quizá la cloaca mayor del Gobierno Municipal que encabezó Sergio Torres Félix. En un trabajo conjunto realizado por Iniciativa Sinaloa, centro ciudadano de investigación, y el combativo colectivo Movimiento Interdisciplinario de Egresados de la UAS, se abren líneas de verificación de lo que hasta ayer era una conjetura popular. 

    En la auditoría ciudadana afloraron las tripas pestilentes de un proyecto descompuesto desde su concepción. Inclusive con los 74 millones estimados como inversión pública original en la remodelación de la Obregón se consideraba que el costo estaba "inflado", no se diga al crecerlo a casi 87 millones de pesos. 

    La huella del dinero es visible cuando el ojo vigilante de la sociedad se decide a entrar a los intersticios oscuros de los negocios hechos a la sombra del Gobierno. 

    Encarecimiento en los costos, incumplimiento en especificaciones técnicas y mano de obra y materiales a precios alterados hasta en un 35 por ciento, delatan las codicias confabuladas. 

    Se trata de corrupción, sin duda, el mal de Sinaloa, en esta era. La auditoría ciudadana analizó la obra desde la planeación hasta el finiquito y en cada paso topó con irregularidades que ni siquiera la terca opacidad pudo tapar. 

    Más que sorpresa, es la indignación la que se recicla a fuerza de la verdad que aflora ya sin la cortina de la conjetura. ¿Cómo los servidores públicos pueden cometer tales despojos a la vista de la gente? Pudieron engañarnos hasta con el número de bancas, que de 99 solo instalaron 40, en botes de basura colocaron 35 de los 135 que cobraron y de 188 estacionamientos para bicicletas que presupuestaron únicamente cumplieron con 15. 

    Tal vez Sergio Torres y los beneficiarios de este negocio disfrazado de movilidad urbana creyeron que, como lo hacen los gatos, bastaría con echarle tierra a sus cochinadas. Pero no: tarde o temprano el suelo vomita las porquerías que le echan. 

    El esfuerzo de Iniciativa Sinaloa y del MIUAS constituye un ejemplo desde la trinchera civil, al que solo se le puede poner la etiqueta ciudadana. Los hallazgos ahí quedan, por si alguna instancia de auditoría o de castigo a la corrupción quiere retomarlos para lavar esta afrenta hecha a los culiacanenses. Si no, que siga pues el aquelarre de los saqueadores del erario. 

     

    Re-verso 

    En un ataque de corrupción,

    El Par Vial fue concebido,

    Con razón le salió torcido,

    A Sergio Torres y corporación.

     

    Saldo a favor 

    Al paso que van las cuentas de la Auditoría Superior del Estado y de la Unidad de Transparencia y Rendición de Cuentas del Gobierno del Estado, hasta le van a salir debiendo a Ernesto Echeverría Aispuro, el ex Secretario de Salud que desvalijó y quebró a la dependencia al convertirla en empresa privada para él y sus socios. Nomás eso falta.

      

    alexsicairos@hotmail.com

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