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"Opinión"

"La pésima respuesta"

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14/01/2017

    Cuauhtémoc Celaya Corella

    Qué enero tan distinto se ha vivido Inge, comparado a otros inicios de año. Un sólido encono social, no por el incremento al precio de combustibles, sino contra el gobierno peñista, que ya no lo aguanta un pueblo agraviado. Yo veo, dijera Colosio, a un Presidente asustado, enojado, enfadado, perdido, que no sabe qué hacer ante el grito nacional de “Fuera Peña” saca de algún escritorio del pasado lejano un pacto, un plan que no tiene nada de fortalecimiento a la economía familiar, pésima respuesta, a ese incremento que detonará los índices de inflación. Te diré por qué:
    1. El plan no presenta acciones concretas y a corto plazo que puedan ser medidas y vistos sus efectos inmediatos en tantas familia de clase media y pobres que han aguantado el ramalazo del incremento de precios  y han salido a las calles a gritar su inconformidad.
    2. Parece  un pacto que beneficia al sector empresarial, ese sector que ha salido beneficiado en cada río revuelto y se ha quedado con el fruto de los pactos, pues éstos no se transforman en mejores sueldos, mejores posiciones.
    3. Durante los pactos, es la experiencia, quien ha ganado es la estructura burocrática, pues se inyectan recursos que se van diluyendo a medida que bajan hacia su destino, engordando más la corrupción. Cuándo has visto que el sector pyme se fortalezca con la danza de millones que anuncia el Ejecutivo.
    4. Si lo lees Inge, verás que es una especie de catálogo de promesas, las cuales no se cumplirán, te lo digo, porque no tienen elementos valuatorios. Con eso quieren apagar el fuego que han encendido las marchas. Bien por quien no lo firmó, y de seguro obligaron a otros a firmarlo, pero en su interior deben estar arrepentidos.
    No es un pacto social, es un pacto al vapor por la presión de la sociedad, incluso, algunos gobernadores expresaron que ni los tomaron en cuenta para ello, y quienes lo firmaron no representan el interés de la sociedad y sí de un grupo, por ejemplo, qué valor tiene la firma de lo que queda de la CTM, si ésa organización ya no es lo que fue en tiempos anteriores, y sólo queda como instrumento electoral al servicio del PRI. Que no se autoengañe el Presidente. Bien le dijeron en Inglaterra, en el semanario The Guardian: no entienden que no  entienden.
    Ese Mefistófeles de Trump lo que se debe de estar riendo, y sin duda esperando tomar posesión para ahora sí, buscar dañar a todos, y no se salvarán los del Gabinete, aunque pueden resistirlo por su nivel de corrupción, y quienes por su tibieza, ineptitud y complicidad no hayan sabido enfrentar al orate agresivo que llegará el viernes próximo a la Casa Blanca. El peso mexicano por ahora ha perdido, como en el origen de las crisis setenteras, todo su valor cambiario.
    Pero por otro lado, el error de inicio de año fue nombrar a quien nunca se fue, a Videgaray como Canciller. Errorsazo que habrá que pagarse caro. Nada más porque es conocido del yerno de Trump, nombrado asesor personal de su suegro, por su suegro. ¿Qué las relaciones diplomáticas son sólo con EU? Si la idea era que cubriera esa tarea, bien pudiera hacer sido comisionado presidencial para los tratos con el gobierno gringo y ya, y dejar que la señora Ruiz continuara con su encargo, que por cierto, ahí la llevaba.
    Y luego la torpeza del dueño de la casa de Malinalco, llegar y decir al personal experto de la SRE, “vengo a aprender con ustedes”. ¿Quién le dijo a este ignorante que la SRE es una escuela que enseña diplomacia a los funcionarios? Fatal, pero así de torpe es el político mexicano y el Presidente. Ríete más Trump, te estoy viendo.
    Eso se llama no tener proyecto de gobierno, no tener visión. Cuánta razón tiene el grito de “Fuera Peña”. La gente lo grita con conocimiento de causa. El mismísimo PRI no se atreve a salir a defender al ex primer priista del País, por saberlo indefendible, sabiendo que en este año competirá por tres gubernaturas, y las cuales, sin duda, debe mirar como perdidas.
    Todos los analistas y editorialistas de los medios han expresado críticas muy sólidas y duras contra Peña. Su invitación a que la sociedad respire y emita “positivismo y buena vibra” es un llamado inicuo, toda vez que proviene de quien perdió calidad moral y ética política con sus acciones de gobierno, en donde demostró lo que dijeron algunos, no tiene preparación para ser Presidente. Se le ha perdido la confianza, y en derecho laboral, es causal de rescisión, y eso pide la sociedad.
    Rescindirle el contrato de trabajo que por seis años, otorgado mediante el voto, la sociedad le otorgó. Sé Inge que eso es más que complejo legalmente, pero el grito de “fuera Peña” es la expresión más clara en las marchas, que a decir de algunos sirven para poco. Yo creía como ellos, pero la presión social, tarde o temprano genera resultados. Por lo menos desmitifica el mito del presidencialismo omnipotente que se desarrolló con los presidentes mexicanos.
    Es todo esto, un cambio en la condición sociocultural del País.

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