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"OBSERVATORIO"

"La palabra del Gobernador Fiscales y ASE autónomos"

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OBSERVATORIO

    Sí, el discurso inaugural del Gobierno de Quirino Ordaz Coppel estuvo repleto de buenas promesas, pero llegó el momento de probarlo en el terreno de la congruencia y en los próximos días sabremos de qué material está hecho. Lo tantearemos con el procedimiento, y el respeto que el Gobernador guarde hacia este, para la designación del Fiscal General, Fiscal Anticorrupción y Auditor Superior del Estado.

    La oratoria deslumbrante y su breve efecto en las masas necesita para trascender el aliento de la coherencia. El estadista se construye en base a la conexión entre lo que piensa, dice y hace. La más reciente referencia del divorcio entre alocución y sinceridad la vivimos el 31 de diciembre de 2010 cuando Mario López Valdez nos vio la cara a través de la retórica. Acabó resbalando con su propia saliva.

    Al ofrecer un gobierno de y para los ciudadanos, Ordaz Coppel debió referirse a poner a la sociedad en el centro de las decisiones más trascendentes. Restituirle a la gente el derecho a determinar qué quiere y cómo lo quiere. Eso es lo que entendimos en la claridad de su postura; eso deberá ser lo que veamos en el desempeño del cargo.

    Puede empezar por reconsiderar la determinación de ser él quien decida la terna de la cual será designado el primer Fiscal General del Estado, figura que en caso de emerger como el Gobernador lo propone continuará siendo otro empleado más del Ejecutivo y la función ministerial se sujetará a dicha subordinación y se desligará de lo que la ley dispone.

    El mecanismo que propone Quirino Ordaz representa un paso atrás en lo poquito que Sinaloa había avanzado en el nombramiento de Procurador. Al menos antes se simulaba la consulta a los organismos de la sociedad y aun así el Fiscal General siguió siendo apéndice del Gobierno del Estado y la cadena de la impunidad se fortaleció con esa codependencia.

    Lo otro es contar con un Sistema Estatal Anticorrupción que vaya más allá de la rimbombante denominación que recibe. La independencia de la Fiscalía Anticorrupción hacia aquellos a los que va a investigar y castigar resulta fundamental y por lo tanto subordinarla a la Fiscalía General del Estado la reduce a una agencia del Ministerio Público. ¿Por qué no fortalecerla eliminando la duplicidad de secretarías, oficinas o direcciones que tienen iguales propósitos?

    Un tercer desafío y compromiso tiene que ver con la elección del Auditor Superior del Estado luego del debilitamiento de la acción fiscalizadora que dejó pasar colosales descalabros a las finanzas estatales y municipales. Quirino Ordaz está obligado a alejarse años luz del procedimiento de designación y el Congreso debe transparentarlo y asearlo para que sea y parezca confiable.

    Todavía retumba en los muros del Parlamento el discurso del Gobernador ofreciendo una procuración de justicia que recupere la confianza y la credibilidad de la ciudadanía, así como la sentencia de "si alguien tiene el objetivo de enriquecerse trabajando en mi gobierno, que renuncie de una vez".

    ¿Se acuerda, Gobernador? Le tomamos la palabra empeñada.

     

    Re-verso

    Al que con saliva labra,

    O al que mentiroso nace,

    Se le estrella la palabra,

    Como avión de kamikaze.

     

    Se vale llorar

    Otro ajuste en la semiótica quirinista deberá ser lo que diga o calle ante hechos de violencia que cobran víctimas inocentes. La inseguridad no se combate con el ardid de minimizarla. El Gobernador debe significar un último destello de esperanza para las familias de los policías caídos en el atentado contra Juan Antonio Murillo Rojo.

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