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"Editorial"

"La policía que merecemos"

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21/11/2017

    Editorial

    El tema de la seguridad es un asunto que sigue estando en el centro de las discusiones en México cuando se trata de definir el futuro al que se aspira. No se puede hablar de tranquilidad ni de progreso si de por medio no se asegura una seguridad mínima.
     
    Y no se puede hablar de bienestar social cuando no hay capacidad del Estado para dar respuesta a las consecuencias que la violencia ha dejado entre la población de México y de Sinaloa.
     
    Uno de los tantos engranajes para alcanzar ese objetivo deben ser los cuerpos policíacos. Tal vez, también uno de los tantos, también, que muestran debilidad.
     
    En Sinaloa, se ha dicho, más del 50 por ciento de los agentes que componen los diferentes cuerpos policíacos no han podido acreditar los exámenes de control y confianza, como lo revela el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
     
    Lo bueno, tal vez, como analiza la organización Causa en Común, es que al menos, los policías en Sinaloa tienen de los mejores salarios, pero, sin cumplir con las funciones elementales por las que han sido contratados.
     
    ¿Qué significa esto? Que en general, los policías obedecen órdenes de sus mandos relacionadas con la seguridad pública, pero no siempre. Al menos, una de cada 10 órdenes recibidas tiene que ver con otras tareas.
     
    ¿Y qué es lo que hacen? Según los resultados del Programa de Acompañamiento Ciudadano al Desarrollo Policial, esas órdenes ajenas a la seguridad pública están enfocadas a atender asuntos como la recolección de la basura, la limpieza de drenaje y cañería o bien, para hacer encargos personales de sus superiores.
     
    Son este tipo de detalles, de cómo se conduce una corporación, la que viene a romper con el objetivo principal de los cuerpos de seguridad.
     
    Porque lo que la sociedad en Sinaloa aspira a tener son agentes de seguridad en los cuales confiar y con mandos policíacos responsables con la tarea que se les ha encomendado, de volver a tener un estado tranquilo.
     
    Mientras siga tergiversándose la tarea de los policías, por mínima que sea, seguirá corrompiéndose la función básica que deben desempeñar, que es garantizar la seguridad. Porque esa, es la policía que Sinaloa merece.

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