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"OPINIÓN"

"La semilla de Javier Valdez"

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    Participé en la mesa uno de #AgendaDePeriodistas en la Ciudad de México. El tema: seguridad. Hubo otras mesas temáticas durante tres días donde participaron Sheila Arias y Francisco Cuamea, reportera y subdirector de Noroeste. El objetivo: discutir entre periodistas cómo le hacemos para detener los asesinatos, reducir la impunidad y mejorar las condiciones para el ejercicio periodístico en México.
    Me quedé con un buen sabor de boca. El ejercicio es inédito. Me encontré con compañeros de distintos medios y regiones del País. Conocí a otros que estaban allí con la misma intención que yo: aportar, buscar consensos, definir acciones concretas, generar solidaridad en este gremio desunido.
    No es fácil discutir entre periodistas. Todos somos “expertos”, todos tenemos una “visión única”, todos “nos las sabemos todas”. Pero eso no es cierto. Por eso agradezco el trabajo de los facilitadores de Ciudadano i de Chile, quienes nos empujaron a respetar una metodología innovadora hasta llegar a iniciativas específicas y bosquejos de planes de trabajo bastante aterrizados. Todavía falta mucho pero ya empezamos.
    Me hubiera gustado ver a más periodistas de esos que son líderes de opinión, también a directivos y, por qué no, a dueños y socios de medios. El problema no es solo de algunos, aunque el hilo se rompa siempre por lo más delgado.
    Hay que dejar una cosa clara: la seguridad de periodistas –así como del resto de los ciudadanos- es responsabilidad del Estado. Para eso se elige, para eso se le mantiene. Y es obvio el fracaso.
    Pero también lo es de las empresas de medios. Una vez superada la primera esfera de autoproteccion y autocuidado (la personal), lo que sigue es la esfera profesional inmediata de los periodistas: sus compañeros y el medio para el que trabajan.
    En México tenemos muchos medios pero muy pocas instituciones mediáticas. Tenemos empresas que hacen negocio con la comunicación pero pocas cuentan con instrumentos para la rendición de cuentas y un ejercicio periodístico ético.
    No son tiempos fáciles para los medios. La disrupción tecnológica colapsó el modelo de negocio tradicional. En México la “solución” ha sido la publicidad oficial en detrimento de la independencia periodística. Por eso la importancia de contar con lineamientos editoriales claros y transparentes, códigos de ética, defensorías de audiencias, entre otros. Me dice Gerardo Albarrán, experto en el tema, hay al menos treinta mecanismos para rendirle cuentas a las audiencias. En México los medios que usan alguno son la excepción.
    Esos instrumentos éticos-periodísticos deben ser el marco de referencia para otras acciones en beneficio de la seguridad de los periodistas. Guy Berger, titular de libertad de expresión en la UNESCO propone el acrónimo “SAFER”:
    S: Sistemas: protocolos, mecanismos, instrumentos de prevención/protección.
    A: Advocate: litiga, denuncia, exige a la autoridad)
    F: Friends: haz amigos, construye redes, no te quedes solo.
    E: Empodera: capacita, enseña, ejercita.
    R: Reporta: documenta, publica.
    Por eso celebro #AgendaDePeriodistas, porque a pesar de las críticas y de los intentos por echarlo abajo, arrancó muy bien. Por primera vez comenzamos a transformar la protesta y la indignación en acción coordinada. Así es como las cosas pueden cambiar.
    Escuché a muchos compañeros de las mesas insistir en la desunión del gremio, en aprovechar la coyuntura, en ponerle un “hasta aquí” a la simulación. El coraje y el miedo son tan fuertes que no se daban cuenta que ya lo estábamos haciendo.
    A la FEADLE, al Mecanismo y al gobierno en general debe preocuparle mucho más lo que surja de las mesas de discusión que las protestas realizadas a un mes del asesinato de Javier Valdez.
    Javier cumple un mes muerto, la Fiscalía local no tiene respuestas. La PGR anuncia una recompensa que el gremio periodístico de Sinaloa recibió como un grito desesperado y la evidencia de que no tienen mucho para dar con los asesinos. Como dijo Ismael Bojórquez, director de Ríodoce en entrevista para Noroeste: no parece que el crimen de Javier se vaya a resolver. La impunidad asoma su rostro podrido. La expectativa se desploma.
    Por eso tenemos que seguir cultivando la semilla que dejó Javier y la de todos los periodistas que perdieron la vida anteriormente como consecuencia de su trabajo. Hay que cultivarla con el estómago: reclamando, exigiendo, marchando. Pero sobre todo hay que cultivarla con la cabeza y el corazón: siendo generosos, aportando inteligencia, buscando maneras de construir al interior de gremio y, sobre todo, con el periodismo que hacemos.
    Lo primero que cuida o pone en riesgo a un periodista es el tipo de periodismo que hace: sus estándares éticos y profesionales. El rigor de su oficio. La calidad de sus fuentes. Si queremos estar más seguros en un entorno de corrupción política, de simulación gubernamental y de un crimen organizado que ha empezado a entender el poder de la comunicación, lo primero es volver a lo básico: hacer buen periodismo, seguir investigando con las precauciones necesarias... pero nunca callarse.
    Porque eso quieren: que nos callemos, que nos gane el miedo, que nos metamos debajo del escritorio.
    No les demos gusto.

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