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"DESDE EL ICAMI"

"Las nuevas reglas"

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19/02/2017

    Luis Alfredo Santana

    Un descubrimiento frecuente para quienes entran en el mundo de las organizaciones es que los conocimentos técnicos adquiridos en la carrera tienen fecha de caducidad y que al progresar no les servirán porque en las nuevas posiciones se requieren habilidades personales que no son otra cosa que virtudes, hábitos positivos adquiridos en la mayoría de los casos en la familia.
    Trabajar en equipo y enfrentarse al fracaso son asignaturas que tienen que ver con la generosidad y la fortaleza que es una versión aplicada de la voluntad, algo que siendo un rasgo esencialmente humano se requiere para el logro de metas. Una dosis de voluntad se requiere para todo, desde levantarse a tiempo hasta renunciar a distractores que no dejan avanzar en el estudio o la preparación de tareas y responsabilidades.
    Me gusta recordar que Napoleón dijo que a los hijos hay que educarlos veinte años antes de que nazcan, eso significa que las virtudes se aprenden en la casa, ahí empieza la película, no en la escuela, que apoya pero no sustituye a la familia y que hoy parece olvidarse. Conozco el caso de los padres que le reclaman a los profesores de sus hijos lo maleducados y groseros que se comportan. Las consecuencias no tardan nunca en llegar.
    El mundo de las empresas requiere de profesionistas que cuenten con conocimientos y habilidades personales, con dominio de herramientas tecnológicas y que sean capaces de actualizarse permanentemente. El tema es que cada uno tiene que decidir en que se debe actualizar, no hay quién le diga, lo tiene que descubrir y no es un asunto masivo, es personal. Aprender a aprender es el reto, la nueva regla.
    En la vida real no hay un examen que nos pida una respuesta correcta porque la realidad es que más que tener respuestas correctas lo que realmente importa es hacer las preguntas correctas para conseguir la información suficiente para elaborar un diagnóstico de las situaciones. Saber preguntar y preguntar sin complejos es sin lugar a dudas una habilidad importante. De la calidad de las preguntas será la información que se consiga.
    Es claro que solo decide el indeciso y se está indeciso cuando tenemos más de una opción. En la vida no hay una sola respuesta para un problema y es ahí donde viene el juicio y el consejo, ese saber compartir nuestro análisis con otros para llegar a una decisión que puede ser o no acertada. En realidad no sólo se trata de acertar, aunque se acierte, sino que se sepa por qué se acertó. Lo contrario sería como la fábula del burro que tocó la flauta.
    Ingeniero de formación, estoy convencido que el método de prueba y error sigue siendo el camino natural del conocimiento si es que sé por qué decidí en cada caso, independientemente del resultado. Esto permite que aprender sea un proceso natural, personal. Si este proceso se vive con personas con diferente preparación profesional la decisión se enriquece y la creatividad se da naturalmente.
    Puede parecer descabellado pero en el proceso del aprendizaje hay que revalorar el tema del fracaso, del no acertar. El fracaso no es un fracaso, si se aprende de él. La tolerancia a la frustración es fundamental en la formación profesional y eso no es otra cosa que la virtud de la fortaleza, resistir y acometer.
    Alentar el proceso requiere de directivos que entiendan que estamos hablando de personas y que serán sus rasgos personales –los del directivo- los que animen a sus colaboradores a vivir ese camino de mejora, dándoles confianza y apoyo individual, en cada caso, uno a uno.
    Director de ICAMI, Centro de Formación y Perfeccionamiento Directivo, Región Noroeste.
    alfredo.santana@icami.mx / @luisalfredo

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