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"OPINIÓN"

"Las trampas de la corrupción"

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08/03/2018

    Carlos Elizondo Mayer-Serra

    Vamos a suponer que el gobierno descubrió un caso real de lavado de dinero contra Ricardo Anaya, porque súbitamente está siendo muy cuidadoso en la persecución de este delito. Incluso en ese escenario, usar el aparato del Estado sólo para armar el caso en su contra sería políticamente difícil de justificar.

    No es correcto acusar penalmente a un candidato. Menos cuando Anaya ha desplazado al candidato del PRI al tercer lugar, según la mayoría de las encuestas, y es quien está prometiendo ir contra los corruptos del pasado.

    Con todo, el gobierno hubiera podido desplegar su capacidad de procuración de justicia para actuar en materia de lavado dinero contra muchos otros políticos. Sobran quienes tienen un amplio historial de miles de millones de pesos de recursos públicos lavados por empresas fantasma. Se podría haber argumentado que se trataba del inicio de una operación de manos limpias sin distingo de partido.

    Pero no lo hicieron. Irse contra políticos del PRI hubiera amenazado la unidad del partido. Prefirieron irse sólo contra Anaya. Como argumentó en su columna el sábado pasado Ana Laura Magaloni, para eso sirve la PGR, para castigar a los enemigos. Por eso no funciona para procurar justicia para todos. Su función ha sido siempre otra, y de ahí la alta y creciente tasa de impunidad en todos los delitos. Por eso importa tener una fiscalía autónoma. Por eso mismo el presidente Peña Nieto no la ha impulsado y López Obrador prefiere un procurador general subordinado al Ejecutivo. Nadie quiere perder ese instrumento de control político.

    El corresponsal en México del Wall Street Journal, afirma haber tenido acceso a los documentos de la transacción inmobiliaria de Anaya y, según su opinión, se trata de una persecución política. (goo.gl/gcV6SG). Haría bien Anaya en publicar esa información, para despejar dudas sobre su proceder.

    Sin embargo, el mero hecho de hacer operaciones inmobiliarias por esas cantidades de dinero lo deja en una posición políticamente incómoda. No es ilegal hacer negocios. Sin embargo, un político cuyo objetivo es atacar a la corrupción, y a toda la red de intereses detrás de ésta, no debería andar metido en negocios mientras vive de la política. Incluso si son los negocios más limpios del planeta.

    Por ello van a seguir los ataques contra Anaya. No importa siquiera si hay delito que perseguir. Basta verlo haciendo dinero. He escuchado a más de un priista no sólo pensar que la acusación tiene mérito, sino que, aunque no lo tuviera, se debe ir hasta las últimas consecuencias: es decir, meterlo a la cárcel. Así, tendríamos sólo dos verdaderas opciones en la boleta electoral: López Obrador y Meade.

    Tras este objetivo hay un supuesto: que el votante a favor de Anaya tiene más miedo a López Obrador que rechazo al PRI. Sin embargo, el miedo a López Obrador ha bajado, lo cual se observa en la percepción positiva que tiene el electorado de sus atributos, mientras que el rechazo al PRI se mantiene alto y, según la última encuesta de Reforma, su candidato es ya muy conocido, pero tiene amplios negativos. Ha pesado más el apellido PRI, que el nombre José Antonio.

    Ya inició el esfuerzo del gobierno de hacer de López Obrador otro tipo de delincuente fiscal, el que no paga impuestos. Su situación fiscal es motivo de enojo de muchos quienes nunca votarían por López Obrador, pero difícilmente le llevaría al votante de López Obrador hacerlo  por el PRI, asociado en la mente de una amplia mayoría del electorado como el partido más corrupto de todos y con personajes como Javier Duarte para recordarlo.

    Entre el votante duro de los partidos políticos la estrategia del gobierno va a incrementar la polarización. El votante sin identidad partidista tendrá que decidir entre su antipatía hacia los partidos, en particular al PRI, y el candidato que menos le disguste. Una parte de este segmento apático simplemente no saldrá a votar.

    Al paso que va el gobierno lo más que puede lograr con la estrategia de utilizar a la PGR como spot anti Anaya es hacer presidente a López Obrador con un amplio margen.  Hay pocas encuestas públicas serias en esta temporada electoral, debido a la presión del gobierno a los medios de comunicación para que no los hagan. La de Parametría, publicada el día de ayer, (https://goo.gl/y5AQwT) muestra que Anaya ha perdido 2 puntos y Meade otros 2. Sigue Anaya en segundo lugar, pero más lejos de López Obrador.

    Si el PRI ganara la Presidencia, algo que hoy se ve muy poco probable, iríamos rumbo a una profunda crisis post electoral y de legitimidad que tendrá un alto costo para el país. Si pierde, le estará entregando a quien gane el pretexto para utilizar a las instituciones con los mismos fines políticos con los que hoy las usa el gobierno, pero con mucha mayor legitimidad y con mucho mayor alcance.  ¿O realmente hay quien cree que en un primer año de gobierno complicado López Obrador mantendrá su promesa de no castigar a quienes fueron corruptos y robaron en el pasado?

     

    @carloselizondom 

    Profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey

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