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"Visor Social"

"Los efectos negativos del uso de Internet"

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21/07/2017

    Ambrocio Mojardín Heráldez

    ¿Quién duda que a partir del fácil acceso a Internet la vida social entera ha ido cambiando? ¿Quién descalifica la posibilidad de tener información amplia y a un relativo “bajo costo”, casi de cualquier cosa y de cualquier parte?
     
    Difícilmente se tiene respuesta negativa a estas preguntas, porque los beneficios que ha traído la “red de redes interconectadas” son múltiples y de gran significado para la comunicación de masas, los negocios y la educación.
     
    Desde que se puede tener acceso a esta herramienta (o sistema), las personas recibimos y enviamos información con la mayor rapidez; nos mantenemos en contacto con otras personas, sin importar la distancia a la que se encuentren y hasta podemos hacer operaciones financieras o negocios con buen nivel de confianza. Lo más atractivo, se puede hacer casi desde donde sea y cuando sea; De ahí se derivan sus atractivos y sus amenazas. 
     
    Con el fácil acceso a las redes de información y la variedad de contenidos que ofrece, casi sin restricciones, las personas hemos ido desarrollando altos niveles de consumo y dependencia, sin percatarnos de sus efectos negativos. 
     
    Quiero ahora poner atención solo a dos de ellos: 1) Los cambios en la comunicación interpersonal y, 2) La adicción a su uso.
     
    Desde que se extendió el uso de Internet a dispositivos móviles y se multiplicaron las opciones para acceder a las redes sociales, la comunicación con otras personas tiene más opciones y puede ser más fácil. Gracias a ellas se puede estar en comunicación con varias personas al mismo tiempo, intercambiando información, imágenes o sonidos, sin importar a qué distancia se encuentren uno del otro. 
     
    Con ellas ha sido posible recontactar a personas que de otra forma hubiera sido imposible, o se ha podido conocer y mantener comunicación estrecha y productiva con personas que quizá nunca contactaremos de manera física.
     
    Curiosamente y en contraparte, también gracias a ellas la comunicación interpersonal significativa (la que cultiva la intersubjetividad) se ha ido desvirtuando. Las personas, más las de las nuevas generaciones, están prefiriendo comunicarse con otros por esa vía, que cara a cara. 
     
    La investigación psicológica ha encontrado tres razones básicas de ello: a) La comodidad (no les exige desplazamiento, ni ajustes personales de ningún tipo), b) La versatilidad (pueden estar haciendo varias cosas al mismo tiempo) y, c) La baja demanda psicosocial (no supone compromiso socioemocional). Las tres razones llevan a instalar comunicación vacía o de poca trascendencia; de baja estimulación de la intersubjetividad (i.e. http://www.cibersociedad.net/textos/articulo.php?art=11). 
     
    Un estudio reciente en México, indica que al menos el 73 por ciento de los usuarios de Internet (casi 51 millones de personas) acepta que sus hábitos de convivencia han cambiado como efecto de su uso. Las personas refieren que el efecto mayor es la disminución del contacto social y el enfriamiento de las relaciones interpersonales. 
     
    Otro efecto negativo, que tiene ocupadas a las ciencias del comportamiento y de la salud es la adicción al Internet -algunos lo extienden a la tecnología que lo permite. Un tipo de adicción que, según el periódico oficial de la Asociación Americana de Psicología, representa uno de los más complejos de enfrentar.
     
    La adicción a Internet se muestra como el uso excesivo del mismo, sin importar hora, lugar o circunstancia. El Manual de Diagnóstico de Trastornos Mentales (DSM-V) lo incluye como un desorden del comportamiento y lo destaca por sus complicaciones. Afirma que es más común entre jóvenes y adolescentes, pero más devastador para las y los niños. 
     
    Los síntomas emocionales más comunes de esta adicción se muestran cuando las personas usando el Internet expresan euforia por navegar, insensibilidad por el tiempo que consumen en ello, e irritabilidad si se les interrumpe. Cuando no pueden acceder a Internet se muestran irritables, ansiosos, intolerantes; prefieren la soledad y muestran signos de depresión.
     
    Una persona adicta a Internet se vuelve distraída, desobligada y de bajas calificaciones. Buscan a toda costa tener un celular o computadora para navegar, prefiere jugar, comprar, o ver películas y televisión en línea. Además, no les atrae la plática con amigos o familia y rechazan cualquier invitación que les aleja de la posibilidad de navegar en línea.
     
    Lo peor de esta adicción es que desarrolla al mismo tiempo el desinterés por la interacción física y el sentimiento de soledad. Una condición que desafortunadamente aumenta la tendencia al suicidio y termina siendo fuente de desenlaces trágicos. 
     
    Las recomendaciones de las y los especialistas en salud mental para evitar los efectos negativos del uso de Internet en niños, niñas y adolescentes se concentran en tres alternativas básicas: 1) Regular su uso por la utilidad básica insustituible. 2) Incrementar las actividades sociales que les atraen y satisfacen y, 3) Procurar diálogo y análisis con ellos acerca de los contenidos que consumen o comparten en Internet.
     
    Así, siendo el Internet una herramienta útil de la vida moderna, puede volverse una amenaza grave. Hay que aprender a usarla dándole lugar para la mejora de la convivencia y la educación, pero no hay que dejar que las sustituya o las condicione. De esa forma no nos sirve. ¿O usted qué opina?
     
     

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