Jesús Héctor Muñoz Escobar
Vaya encrucijada en la que están los candidatos presidenciales independientes con la presunta, hasta el momento, firmas de apoyo que son apócrifas. Porque, cómo podrán pedir el voto si existe la posibilidad de que hayan hecho trampa.
México no merece candidatos ni ciudadanos así. Si lo hacen para obtener un cargo de tan alta investidura, qué podrán hacer al ocupar el poder.
Andrés Manuel López Obrador, el candidato del Movimiento de Regeneración Nacional y José Antonio Meade, del PRI, ya pidieron al Instituto Nacional Electoral que reconsideren la situación. Pero no se trata sólo de hacerse de la vista gorda, sino de sancionar a quien pretende ver la cara a la autoridad y también a los ciudadanos.
Los independientes le echan la pelota a la aplicación del INE que les permitió recabar firmas de apoyo, porque dicen nunca funcionó. Pero, tampoco hicieron una denuncia ante la Fiscalía para Delitos Electorales (FEPADE) ni a través de los medios de comunicación. Así que ¿Cómo confiar en ellos?
Jaime Rodríguez y Armando Ríos Piter acusan que hay una estrategia en su contra, mientras se privilegia a Margarita Zavala.
Pero es un hecho que los tres registraron inconsistencias en sus firmas, lo cual debe ser sancionado, ya que no se debe tolerar ni una sola firma falsificada.
Sí se debe hacer una investigación exhaustiva sobre las firmas recolectadas, pero lo que no se vale es que los aspirantes presidenciales independientes vayan al INE a lanzar amenazas. Si no son los políticos los que cuidan la solidez de las instituciones, ¿Quién más lo puede hacer? Se supone que ellos quieren gobernar este país.
Incluso Ríos Piter dice que es el “dragón” el que lo quiere sacar de la contienda y Rodríguez Calderón amenaza con despertar al México bronco, pero ellos tienen que demostrar que hicieron bien las cosas y que no hay trampa de por medio.
Y cómo no tienen que ser ellos, si los ciudadanos no tienen una plaza pública para dar a conocer sus puntos de vista. Son los políticos los que tienen que hacer ese trabajo, son ellos los que pueden hablar y tener eco de sus demandas.
Los independientes tienen que poner el ejemplo. Por algo optaron por esa vía, fuera de los partidos políticos, ya que con su presunta falsificación de firmas sólo dicen a la ciudadanía que la política no vale la pena y que todos son igual de corruptos. Y entonces en quién se pueden confiar.
Porque incluso si Margarita Zavala tiene una sola, única, firma falsificada ya está mal, porque se trata de hacer las cosas bien. Y sí qué bueno que Andrés Manuel López Obrador y José Antonio Meade pidan que dejen participar a todos los que aspiran a la Presidencia de la República, pero como país no nos merecemos ese tipo de argucias. Hacerlo significaría renunciar.
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