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"EL OCTAVO DÍA"

"María Rubio, el adiós de una época"

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EL OCTAVO DÍA

    La primera vez que vi actuar a Maria Rubio de villana fue en la telenovela “Rina”, la cual era anunciada como “Teatro seriado” y lo fue, bajo la dirección del reconocido Dimitrios Sarras y la actuación del gran Carlos Ancira.

    Excelente figura del teatro, Ancira actuaba como “Leopoldo”, el hermano malo en silla de ruedas que en venganza se casaba y heredaba su fortuna a Rina, la vendedora de flores, callejera y jorobada, dejando irritados a sus familiares.

    Aunque solo aparecía en los primeros capítulos, su maldad seguía presente y un busto suyo, en un rincón con calva maléfica y barba socrática, presidía la sala cual altar maléfico.

    Esa telenovela fue un parteaguas y por eso era anunciada como teatro. Los actores eran gente de formación teatral y no recurrían al apuntador electrónico, que le dictaba qué decir y qué gesto hacer... por eso se acartonaban tanto los rutinarios actores de las telenovelas vespertinas.

    Si usted ve hoy una telenovela de los 60, aún las clásicas, se sorprenderá de lo ingenuo y plano de sus dramatizaciones.

    Además, en “Rina” la cámara estaba muy cerca de los intérpretes y eso les exigía máximo control gestual y desplazamiento: no estaban en un amplio cuadro donde los muebles de la sala actuaban mejor que los personajes que recitaban sin ganas sus parlamentos, como en otros melodramas.

    Ahí Maria Rubio era “Doña Rafaela Miranda y Castro Vda. de Zubizarreta”, la dama manipuladora que casa a su hijo con Ofelia Medina y, aparte, usaba un mismo vestuario que su hermana débil, (recordemos que esta también fue una producción de Valentin Pimstein, gran creador de estereotipos y lugares comunes que encantaban a la gente).

    Ella había nacido en Tijuana y fue adoptada por una familia de españoles. Vivió en España varios años, atrapada por la Guerra Civil, y volvió a México donde debutó en el programa de “Cachirulo”. La cumbre de su carrera fue “Cuna de lobos”.

    Enrique Álvarez Félix hizo en “Rina” su primer papel como galán con impotencia sexual, algo novedoso para esa etapa de la sociedad mexicana. La segunda fue en “De pura sangre”, donde no pudo cumplirle a la espectacular Christian Bach, señora luego de “Alberto Salerno”...

    También ahí aparecieron Sasha Montenegro y Olga Breeskin, que andaban en pleno oficio de cine de ficheras y Salvador Castañeda en el papel del “Nene”, un tipo pionero de los ninis.

    El mayordomo solemne, pero metiche era Rafael Llamas, quien toda la vida  desempeñó ese papel, incluso vestido de blanco en “Tú o nadie”, hasta que se le hizo al fin actuar de millonario en “Teresa”, la cual usted puede ver a mediodía en repetición por el Canal de las Estrellas, si no tiene otra cosa de mayor provecho que hacer a esa hora.

    Las telenovelas fueron parte de nuestra cultura y ni modo, son nuestros equivalentes al teatro griego y la ópera italiana.

     

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