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"Opinión"

"‘Me están buleando, mamá’"

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15/11/2017

    Carlos Elizondo Mayer-Serra

    @carloselizondom

    Profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey

     

    Hoy los niños le llaman bullying a todo. Ya no aguantan nada. Frente a la menor crítica o frustración, salen corriendo con su mamá para acusar a su compañero de juegos de estarlo buleando.

     

    A su vez, los políticos aquí y fuera, se comportan igual. Al primer reportaje crítico, o de una opinión contraria a la suya, el Presidente Trump se queja de los medios de comunicación y los acusa de ser sus enemigos. El Presidente Peña Nieto, ante un análisis detallado de los problemas de las fuerzas policiacas del País en voz de María Elena Morera, presidenta de Causa en Común, el cual tiene que ser crítico dada la situación en la materia, denuncia a la sociedad civil de bullying.

     

    Los niños deben acusar a sus compañeros cuando les sucede, sin embargo, los políticos en una democracia están para ser criticados, lo cual en sentido estricto nunca es bullying, dado que éste presupone que el débil es agredido por el fuerte. En este caso incluso el Presidente debió agradecer el diagnóstico.

     

    Hay temas donde el Gobierno podría acusar a sus opositores de no reconocer lo que se ha hecho, la reforma energética o la educativa. Sin embargo, en seguridad lo notable es qué poco se le critica a este gobierno cuando encabeza la crisis más seria de la historia contemporánea de México en materia de homicidios. Estamos peor que en el 2011 cuando se alcanzó el récord histórico en homicidios.

    En ese año, los medios de comunicación criticaban con dureza, y con razón, al gobierno de Calderón. Había ejecutómetros, es decir conteos de muertos diarios, publicados en las primeras planas de varios periódicos del País. Hoy no se divulgan más.

     

    El Presidente Peña Nieto sigue repitiendo, como lo hizo el lunes pasado, que en los primeros tres años de su gobierno el crimen disminuyó, sin que los medios de comunicación concentren su atención en el hecho de que ya estamos terminando el 2017 y no hay una respuesta del Gobierno ante este creciente problema. Así nada va a cambiar.

     

    En el año 2010, el Presidente Calderón frente a una matanza de jóvenes en Ciudad Juárez, los culpó de seguramente estar metidos en problemas. Pronto se supo que eran unos muchachos inocentes. Fue acribillado por los medios de comunicación. Tuvo que disculparse públicamente, ir a Ciudad Juárez y lanzar un programa integral contra la violencia en esa ciudad, “Todos somos Juárez”. Gracias a éste, se logró darle la vuelta al problema. De ser una ciudad con más de 3 mil asesinatos en 2010 cuando alcanzó el máximo histórico, los homicidios bajaron a 245 en el 2014. 

     

    Por eso hay que agradecerle a gente como María Elena Morera el esfuerzo que hacen por confrontar a un gobierno complaciente con esta crisis de seguridad. Si hubiera más críticos, el Gobierno hubiera reaccionado ya. Muchos mexicanos no habrían muerto. Al mes de septiembre, en el País llevamos acumulados 18 mil 595 homicidios dolosos. En todo el año 2014 fueron 15 mil 520.

     

    Un gobierno que considera que la crítica es bullying, sólo se defiende y no reacciona a ella. Luego sufre las consecuencias. Si hubieran atendido la información revelada durante el programa Punto de Partida de Denise Maerker en noviembre de 2014 de que el Presidente Municipal de Iguala, José Luis Abarca, andaba asesinando gente, hubieran podido evitar la matanza de los 43 estudiantes y con ello la mayor crisis del sexenio. Ésta seguirá persiguiendo a los responsables de la seguridad de este gobierno pasado el 2018. 

     

    Una de las virtudes de la democracia es que los gobernantes deben enfrentar la crítica. En palabras de alguien contrario a la democracia, Mao Tse-Tung, expresadas en 1962, después de las hambrunas donde murieron más de 40 millones de chinos: “Sin democracia uno no entiende qué está pasando abajo; la situación general es poco clara; uno no es capaz de juntar información suficiente de todos lados […] los órganos de liderazgo del nivel superior dependerán de información unilateral y material incorrecto para decidir […]”.

    El Gobierno no parece estar entendiendo la magnitud del crimen en México y sus consecuencias.

     

    Hoy, según los especialistas en economía encuestados por el Banco de México, sitúan a la inseguridad pública entre las dos primeras causas de incertidumbre económica. Más que la renegociación del TLCAN.  ¿Cuánto más crecería la economía sin estos niveles de inseguridad? No es fácil saberlo, pero sin duda no es trivial. Todos conocemos a alguien que ya se fue a vivir al extranjero por una experiencia dolorosa en materia de inseguridad, un negocio que cerró por haber sido extorsionado, o una inversión que no llegó por miedo.

     

    No es bullying lo que viven los ciudadanos en muchas partes del País. Es un acoso criminal que les quita el sueño y que, según las encuestas de opinión pública, es su mayor preocupación.

    El Presidente Peña Nieto parece creer que el problema de violencia es temporal. Sin embargo, todo apunta a que el 2018 será aún más violento que el actual. No sólo tendremos más asesinatos, veremos deterioro en casi todos los crímenes. Este gobierno heredará a su sucesor, no sólo un país convulsionado, sino con una tendencia al alza en los principales delitos.

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