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"Editorial"

"No cambiar"

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22/03/2018

    Editorial

    Las reglas de transparencia en México han ido cambiando con la intención de que el uso y disposición de los recursos tengan claridad y los ciudadanos sepan en qué se gastan el dinero público.
     
    Pero no todos participan en ese juego. O al menos, intentan que las reglas que se establecen en los gobiernos no cambien, para que la discrecionalidad siga siendo la válvula de escape para la opacidad con la que han estado acostumbrados a controlar los recursos públicos.
     
    En las últimas semanas, ha sido objeto de discusión y de análisis el manejo que el Gobierno federal ha hecho del Ramo 23, un fondo de miles de millones de pesos que las autoridades han utilizado para premiar a algunas entidades y castigar a otros. ¿Le suenan los procesos electorales locales?
     
    Y también ha sido objeto de análisis cómo la misma administración federal, así como los gobiernos locales, no establecen reglas claras para definir cómo las autoridades determinan la asignación de recursos para la publicidad oficial.
     
    La Suprema Corte de Justicia de la Nación se pronunció hace unos meses para que el Congreso de la Unión emitiera finalmente la Ley de Publicidad Oficial, dado la ausencia de reglas claras en la asignación de recursos.
     
    Y este jueves, también la Comisión Nacional de Derechos Humanos presentó el resultado de un ejercicio de acceso a la información pública en las 32 entidades, requiriendo información sobre los criterios para la asignación de la publicidad oficial.
     
    En su presentación, Luis Raúl González Pérez, presidente de la CNDH, advirtió que la falta de regulación ha generado designaciones “discrecionales” en la contratación de la publicidad oficial por parte de los estados y del Gobierno federal, lo que es contrario a los estándares internacionales de los derechos humanos.
     
    Mucho se habla de los avances en materia de transparencia. Y algunos ejercicios han demostrado que es posible llegar al origen y fin de los recursos públicos. Pero los mecanismos siguen siendo tan complejos, para que muy pocos sean los que accedan a ella.
     
     

    No cambiar ha sido un proceso para seguir haciendo un uso discrecional de los recursos. Cambiar, es lo que posiblemente permita que el País finalmente cambie.

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