|
"LA VIDA DE ACUERDO A MÍ"

"No todo es una cortina de humo"

""

    La semana pasada, tres grandes acontecimientos acapararon la atención de todos los creadores de memes y los cibernautas en general: el polémico comercial de Pepsi que protagoniza Kendall Jenner; el hombre que fue violentamente arrastrado fuera de un vuelo sobrevendido de United Airlines y la conferencia en la que el Secretario de Prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que a comparación del Presidente sirio, Bashar al-Ásad, Hitler nunca utilizó armas químicas durante la Segunda Guerra Mundial, al parecer olvidando completamente el horror de las cámaras de gas.
     
    Durante algunos días apenas y escribí sobre otra cosa para el medio en cuya redacción trabajo. Estos tres errores, errores monumentales, dirían algunos, se han presentado sin cesar en mis publicaciones de Twitter, y un día como cualquiera me apareció en dicha red social una columna de un periodista del Los Angeles Times que juraba que todo era una cortina de humo creada por Trump para distraernos de lo que verdaderamente importa (probablemente se refería al ataque misil a Siria, pero no puedo estar segura, ya que Trump es noticia todos los días). Esto me llevó a reflexionar sobre el concepto de “cortina de humo” y la forma en la que lo utilizamos en los medios de comunicación.
     
    Creo, pero en realidad no tengo idea, que el concepto nació en los círculos militares, ya que durante la guerra se utiliza el humo provocado por las explosiones para que el enemigo no pueda visualizar las cosas claramente. Sin embargo, es posible que el término haya ganado popularidad gracias a la película del mismo nombre con las actuaciones estelares de Dustin Hoffman y Robert De Niro.
     
    Personajes de la política siempre están acusando a todo de ser una “cortina de humo”. AMLO lo dijo sobre el plagio de la tesis de Peña, la visita de Trump y otras mil cosas; Ricardo Anaya sobre la denuncia que hizo Delfina Gómez frente al INE por “ejercer violencia de género en su contra”; muchos juraron que la visita del Papa a México en 2016 o todo el escándalo de la niña Mars Aguirre que abandona la prepa por ser un “pinche sistema pendejo retrógrada” son cortinas de humo.
     
    Y aunque en ocasiones es cierto que ciertas noticias agarran vuelo y se llevan todo el protagonismo en los medios sin realmente merecerlo (como los virales XV años de Rubí, cosa que sigo sin explicarme) para ocultar situaciones verdaderamente inquietantes, considero que a veces el término es usado sin control y sin justificación razonable.
     
    No todo es una cortina de humo. Los errores de Pepsi y United importan porque son compañías gigantes con influencia y poder, por lo que lo que hagan tiene un impacto real. Si intentan comercializar movimientos sociales o hacer ver a un miembro del clan de las Kardashian como activista revolucionaria; o sí una aerolínea utiliza la fuerza bruta y está dispuesta a romperle el labio a un pasajero para que ceda su asiento, es lógico que los medios lo van a cubrir y que la gente se sentirá indignada y molesta. Algunos se molestan de más, pero es otra historia.
     
    Ha habido casos sólidos y urgentes que también son acusados de servir como cortinas de humo. Los escapes de El Chapo, su captura y extradición a Estados Unidos. No soy la mejor juez para determinar si lo eran o no, pero automáticamente catalogar algo como “cortina de humo” es restarle importancia y minimizarlo a un asunto superficial.
     
    Hay quienes consideran que las cortinas de humo son sembradas por el gobierno, pero no hace falta un genio para entender que son regadas y promovidas por los medios de comunicación. La realidad es que la frivolidad, lo que se siente cercano vende más. El consumir este tipo de contenido es completamente nuestra culpa. ¿Qué obtendrá más clicks, aerolínea maltrata a pasajero y le rompe el labio o matan a equis cantidad de personas indígenas en equis comunidad? ¿Qué más podríamos esperar de los seres humanos?
     
    Si todo de lo que se habla es una cortina de humo, ya nos quedamos sin noticias reales. Lástima. Yo quería ser periodista.
     
     
    ---------------------------------------
    La autora es mazatleca, tiene 19 años y estudia periodismo en la Escuela Carlos Septién
    Twitter: Aless_SaLo

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!