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"MALECÓN"

"#NoSeMetanConNuestrasHijas"

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MALECÓN
19/10/2017

    El martes pasado, un grupo de mujeres sacó “garra” y lanzó una frase: #NoSeMetanConNuestrasHijas

    Y no solo se pronunciaron, llamaron a una manifestación hoy en el Congreso del Estado.

    “Queremos que el gobierno y los políticos de todos los partidos sepan que las mujeres y hombres de Sinaloa defenderemos como fieras a nuestras hijas y que no estamos dispuestas a tolerar más esta indiferencia feminicida”, sentenciaron Priscila Rebeca Salas Espinoza, Lucero Reyes Salgado y Zully Bojórquez Parra.

    Salas Espinoza convocó a tomar el Congreso para hacer un pronunciamiento que obligue al gobierno y a la clase política a tomar acciones serias para prevenir, sancionar y erradicar los asesinatos y desapariciones de mujeres y niñas.

    Convocan al Congreso a todas aquellas personas que quieran proteger a sus hijas, a quienes quieran vivir sin miedo cuando sus hijas salen de la escuela o de paseo, a quienes tienen rabia por los asesinatos recientes, a las familias y amigos de Jovana, Dayana, de Melanie y de todas las asesinadas y desaparecidas hasta hoy.

    El martes pidieron al Congreso citar a comparecer al Fiscal Juan José Ríos Estavillo y a la viajera Araceli Tirado Gálvez, directora del Ismujeres.

    A Tirado le piden cuentas como responsable del mecanismo de Alerta.

     

    La renuncia obligada

    Después de la “quemada”, Rafael Lizárraga Favela optó por renunciar a la Subsecretaría de Promoción Turística de la Sectur estatal.

    Muy pocos se reponen de un golpe de este nivel de embestida.

    Ser señalado de malos manejos de dinero público y tener la posibilidad de volver al trabajo solo con una reprimenda, es como dejarle la puerta abierta a las hienas en un corral lleno de conejos.

    La jauría, ávida de sangre y sacrificio, no perdona.

    Lizárraga Favela fue puesto como un trofeo del gobierno quirinista que pretendió enviar un mensaje al malovismo.

    Pero fue un petardo, no un cartucho de dinamita.

    Y por congruencia, prefiere renunciar que seguir sometido al escarnio.

    Es la única actitud digna que puede adoptar, si se puede hablar de dignidad después de haber abusado de los recursos del pueblo.

     

    ¿De qué se trata?

    Ayer, algunos cárteles que se pegaron el lunes pasado en Culiacán, para exigir justicia por el crimen del periodista Javier Valdez, fueron cubiertos con pintura negra.

    Los cárteles que se pegaron tenían de imagen las caras del Gobernador Quirino Ordaz Coppel y la del Fiscal General Juan José Ríos Estavillo, las que cubrieron de negro para no mostrar a quienes se apuntan como responsables, ante la falta de resultados.

    En los carteles donde aparece el Gobernador y el Fiscal, en el fondo aparecen muchas letras rojas en mayúsculas que dicen “impunidad” y en letras grandes de color negro la exigencia de “Justicia para todos, No al Silencio”.

    En la parte baja de las imágenes de Ordaz Coppel y de Ríos Estavillo se exhiben los meses ocurridos desde el asesinato y la exigencia de una sola cosa: justicia.

    El Gobernador prácticamente hace “mutis” ante el caso y el Fiscal ni se diga, todo lo expresa con sus carpetas de investigación, pero todo apunta a que esperan que a los comunicadores y a la sociedad se les “olvide” el caso.

    No al “silencio”, así se pinten de negro, el color de sus conciencias.

     

    ¿Hecho aislado?

    El asesinato de Melany en Mazatlán no es un hecho aislado, como lo aseguró el martes el Secretario de Seguridad Pública Municipal.

    No se trata de un delito, como el robo, que derivó en un crimen mayor.

    El hecho, de por sí trágico, se da en un contexto de inseguridad, hartazgo social y autoridades rebasadas que prefieren invertir en imagen que combatir un problema que cada vez está más cerca de los hogares y las escuelas.

    El pulso ciudadano en el puerto no tolera más otro crimen como el de Melany.

    Ayer por la tarde, el Secretario de Seguridad Pública Municipal fue encarado por unos vecinos enardecidos e indignados por la tragedia de la joven estudiante del CBTis 51. Y su respuesta solo fue más rondines preventivos.

    Claro que estos cuentan, pero no serán suficientes.

    Todas las autoridades, de todos los niveles, son también responsables del crimen de Melany.

    Su muerte no es aislada, su muerte es consecuencia de la omisión de justicia y de la inacción para aplicar la Ley.

    Policías, jueces, ministerios públicos, así como dependencias encargadas de la atención a problemas de género, se suman a esta tragedia.

    Su tibieza termina por favorecer ese escenario de impunidad en el que las Melanys y las Alondras, con el paso del tiempo, solo se convierten en números rojos sin nombres.

    Posdata: Aunque parezca raro, cuando surge el tema de la regulación de las drogas, un asesinato como el de Melany termina cargándosele a un presunto adicto de la zona.

    La condena ya está hecha, solo falta ponerle rostro al culpable.

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